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Más corazón que cerebro

Iturraspe saliendo lesionado del terreno de juego

El centro del campo del Athletic Club ha pasado de ser una posición excesivamente poblada a carecer de los efectivos suficientes debido a las recientes bajas que ha sufrido el equipo vasco. Por si fuera poco, los jugadores con los que actualmente cuenta el entrenador Jose Ángel Ziganda no están rindiendo al nivel marcado al comenzar la temporada, por lo que las carencias no hacen más que evidenciarse semana tras semana. Y es que da la sensación de que a perro flaco, todo son pulgas.

Nadie puede negar que la sala de máquinas vasca pasa por un momento delicado en comparación con el nivel mostrado en pasadas campañas bajo la tutela de Ernesto Valverde. Jugadores clave como Mikel San José pasan por un mal momento de forma, agudizando la mala imagen deportiva que están mostrando los rojiblancos este inicio de temporada. Por si el bajo nivel mostrado por alguno de los habituales en el esquema táctico vasco fuera poco, incorporaciones que prometían se han terminado convirtiendo en papel mojado estos primeros meses de competición, pues tanto Mikel Vesga, que suele jugar en el doble pivote, como Ager Aketxe, que no ha contado con excesivas oportunidades, no están cumpliendo con las expectativas puestas en ellos por la afición y cuerpo técnico.

En el mercado veraniego, la inminente llegada de Mikel Merino parecía sobrar, ya que la posición de centrocampista estaba más que cubierta por jugadores de la casa como Beñat, Iturraspe, San José, Mikel Rico, Mikel Vesga, o el propio Aketxe retrocediendo su posición para generar juego desde atrás. También se rechazó la incorporación de Iñigo Ruiz de Galarreta, jugador criado en la cantera de Lezama, recalando así en la plantilla filial blaugrana. Todo hacía pensar que a pesar de no reforzar la posición, los efectivos serían suficientes para cubrir con creces lo esperado. Nada más lejos de la realidad.

Si bien cuando parecía que el Athletic empezaba a encontrar un estilo de juego más definido con la colocación en el doble pivote de Mikel Rico y Ander Iturraspe, este último se ha unido a las bajas de Iker Muniain y Beñat Etxebarria, generando así un profundo vacío, el que llevamos viendo meses, en la medular vasca. Con la reciente llegada del ex del Granada de nuevo al primer equipo, tras el inicio de la temporada en la enfermería, y la incorporación a los onces titulares del de Abadiño, el agujero que se podía atisbar en cada uno de los partidos disputados parecía reducirse.

El de Arrigorriaga paliaba las carencias defensivas que estaban inundando a sus compañeros con pundonor y pulmón a partes iguales, cualidades que siempre han destacado en Mikel Rico, que no sobresaldrá por sus factores técnicos, pero si por sus ganas de aportar y dejarse la piel en cada segundo disputado, tanto en acciones defensivas como en transiciones en ataque y llegadas desde segunda línea. Por otro lado, Iturraspe estaba aportando un equilibro que el cuadro vasco no lograba con San José en el puesto, quien incrustándose entre centrales partido sí, y partido también, parece desaparecer del esquema táctico de su entrenador, generando un vacío en la línea de creación preocupante.

Pero con la reciente lesión del anteriormente mencionado Ander Iturraspe, parece que el navarro volverá al once para ocupar una plaza hasta que vuelvan los tocados o, por el contrario, sucedan incorporaciones en invierno. Habrá que ver si Ziganda es lo suficientemente hábil como para paliar la carencia de juego, tanto ofensivo como defensivo, que ha sido generalizada durante su estancia en el banquillo del primer equipo.

Twitter: @j_alart7

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