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¿Por qué ilusiona José González?

José González dirigiendo al Granada. Foto: DiariodeCádiz.es

Málaga también es sinónimo de milagros, aunque tarden meses en llegar. Por fin. Tras una primera vuelta nefasta y fácilmente mejorable, la propiedad (se supone que nuestro ausente y tuitero presidente) apretó el famoso botón (ese por el que Michel imploraba para que se desbloqueara la llegada de Javi García), para destituir al ya ex entrenador madrileño.

Michel recogió al equipo malagueño tras una etapa complicada en la que el Gato Romero logró una victoria en 10 partidos. Tras tres partidos dirigiendo al equipo, a la cuarta fue la vencida. Consiguió una victoria agónica con gol de Sandro. El resto es historia reciente del club. Un Málaga estelar noqueando a todo un Barcelona y a equipos como Sevilla y un Celta a las puertas de la final de Europa League.

Todo el mundo del fútbol y, en concreto, el malaguismo, estaba ansioso de ver hasta donde podía llegar este Málaga jugando así y con 38 jornadas por delante. Las altas expectativas se quedaron en eso. Un verano nefasto en los despachos y en los campos de equipos inferiores no fueron un buen augurio de lo que estaba por venir.

Michel fue destituido tras la peor primera vuelta de un equipo en Primera División (sin haber cambiado de técnico). 11 puntos de 57 posibles, y solo 3 victorias de 18. La situación ya era a todas luces insostenible. Los jugadores, rotos, terminaban los partidos llorando (literalmente) y con un nivel paupérrimo de autoestima. Hacía falta un cambio de timón. Los jugadores no hubieran sido los únicos que terminarían llorando tras las últimas jornadas…

El elegido: José González

Muchos tuiteros malaguistas se vieron sorprendidos la noche del pasado sábado ante la celeridad con la que el Málaga anunciaba el sustituto de Michel, sin ni siquiera haber pasado 24 horas desde su destitución. La mayoría de comentarios eran negativos y/o de incredulidad. Era algo obvio y conocido por todos que Javi Gracia, el gran anhelo del malaguismo, no iba a recoger un equipo a la deriva y con un presidente y directiva nefastos. Los malaguistas siempre nos permitimos soñar a pesar de cuán grande sea el sueño al que aspiramos: es lo que nos define y nos hace diferentes.

Ilusión. Así debería ser. Y estas son las razones:

  1. Cambio de aires y de estilo de juego: el equipo de Michel no sabía a lo que jugaba. Ni los jugadores ni los aficionados vislumbraban la capacidad de trenzar una buena jugada, de la que sacar algo potable. Las directrices de Michel, balón largo de la defensa y que los delanteros la peleen, no son suficientes para mantenerse en la Primera División Española. El apartado psicológico también es un importante condicionante para ganar partidos. Y, a veces, solo basta con cambiar de técnico y de metodología de trabajo, para generar otras expectativas a los jugadores.
  1. Una buena defensa es un buen ataque: frase explotadísima pero que no carece de sentido alguno. Habrá que ver por que jugadores apuesta José para formar la defensa del Málaga. Algunos como Luis Hernández necesitan un “banquillazo” urgente. El nuevo entrenador del Málaga es conocido en el mundillo del fútbol por explotar tanto la estrategia como los entramados defensivos de los equipos que dirige. Algo de lo que el Málaga de Michel carecía o no lograba poner en juego en los partidos. Además, mantener la portería a cero es el primer paso para lograr puntuar; y liberará de presión a los delanteros, lo que supondrá una mayor facilidad para encarar los partidos.
  1. Su última experiencia en España: el nombre de José González no es nuevo para los amantes del fútbol. En la temporada 2015/2016, el gaditano recogió el testigo de José Ramón Sandoval en el Granada. El equipo llegaba en descenso y a 5 puntos de la permanencia, en una situación similar a la del Málaga, pero a 13 jornadas del final. En los 7 primeros partidos, solo perdió ante el Betis. 2 victorias (ante Deportivo y Sporting) y 4 empates. En las últimas tres jornadas venció a Las Palmas y al Sevilla en el Sánchez Pizjuán y certificó la permanencia en la Jornada 37. En la 38 llegaba a Los Cármenes el Barcelona de la MSN, contra el que no pudo hacer nada (0-4).19 puntos en 13 jornadas y otro año en Primera. Como curiosidad, dirigió a Peñaranda y supo sacar la mejor versión de este (aunque solo consiguió anotar un tanto). Sin duda, un precedente al que agarrarse para los malaguistas.
  1. Lo que está por venir: el Málaga necesita refuerzos. No he descubierto la panacea. Un Iturra venido a menos y un Ignasi Miquel procedente de Segunda División ya mejoran lo que había hasta entonces. Alberto Bueno, que jugó 15 minutos en Getafe y que aún está fuera de forma, creó más peligro que Peñaranda, Bastón y En-Nesyri en los últimos partidos. Una chilena marrada y un tiro de lejana distancia fueron su carta de presentación. Todavía se esperan dos refuerzos (un delantero y un mediocentro ofensivo) y se está a la espera de la llegada de Centurión, el díscolo extremo argentino, que parece estar dudando entre Málaga y Boca Juniors. Sandro es el sueño. Veremos cómo acaba esta historia.

Un nuevo entrenador es algo que los malaguistas llevábamos exigiendo durante mucho tiempo, no sólo en las RR. SS sino también en La Rosaleda. El jeque, después de muchísimo aguante, ha decidido sacar un poco de orgullo y casta y ha destituido al entrenador amiguísimo de la prensa. Le corresponde a José González coger el mando del equipo e imponer su estilo. Peor no se puede hacer y no hay nada que perder. La situación, a tres victorias de salir del descenso y con 20 jornadas por delante, no es insostenible. De peores hemos salido y de esta vamos a salir. Nos hemos salvado en la última jornada y hemos ascendido muchas otras. No lo olviden. Málaga es sinónimo de milagros.

@daniluque16

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