El que esperara un triunfo holgado por parte del Real Madrid es que no conoce la ambición del equipo de Joan Plaza, al que ayer la ansiedad le jugó una mala pasada. El Unicaja cuenta con una plantilla muy completa y llena de carácter con muchas ilusiones puestas en continuar en lo más alto del baloncesto nacional y europeo. Pese a disputar un partido de altísimo nivel y que puso sobre las cuerdas al poderoso equipo madrileño, los malagueños caen rendidos ante un Real Madrid que no sólo posee talento individual sino que cuenta con jugadores valientes y con mucho descaro.
Las claves del resultado del encuentro del Unicaja – Real Madrid las marcaron los minutos finales del último período. Una serie de errores provocados por la tensión propia de lo que significaba el triunfo o lo que conlleva la derrota en un torneo de tan alto prestigio y que no regala segundas oportunidades.
Cuando los malagueños se encontraban a tan sólo unos minutos de obtener el pasaporte a semifinales se encuentran en una situación que puede desconcentrar a los jugadores, presas de su propia ansiedad, que en ese momento están jugando un partido a “vida o muerte”, y de hecho lo hizo, dos faltas no señaladas al conjunto merengue hicieron que se estrecharan las distancias en el marcador y eso llevó a la confusión y a la toma de malas decisiones en el ataque, por no hablar de pérdidas de balón cuando era fundamental anotar para al menos lograr forzar una prórroga.
El descaro y valentía de Facundo Campazzo fue un factor decisivo para poco a poco ganarle terreno en el marcador al Unicaja, que veía como a cada jugada se les escapaba el sueño de continuar en la competición.
El cuento tuvo el peor final para los malagueños y el Real Madid, beneficiado por la buena fortuna y acierto desde la línea de tres, lograron dar un paso adelante para intentar revalidar el título de reyes que a día de hoy aún poseen.
@PatriDuarte