Oviedo – Barça ‘B’, el análisis

Los carbayones no pudieron doblegar a un filial azulgrana muy bien plantado sobre el Tartiere. La falta de ideas arriba impidió sumar los tres puntos

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El Oviedo no atraviesa su mejor momento. Eso es un hecho. Los azules acumulan ya un mes sin ganar. Un hecho que nadie se imaginaba después de la espléndida racha de diez partidos sin perder. Ayer, los pupilos de Juan Antonio Anquela buscaban volver al buen camino, pero se encontraron un muro. El del filial azulgrana. Ante esto, la falta de chispa en los metros finales, decisiones arbitrales erróneas e imprecisiones en el área rival condenaron al Oviedo a no lograr el tanto. Ahora, los azules ya piensan en el encuentro de la semana que viene en el Heliodoro Rodríguez López ante el Tenerife.

  • En memoria de Quini. Respetuoso y emotivo minuto de silencio para honrar la memoria de Enrique Castro ‘Quini’. El Carlos Tartiere enmudeció durante sesenta segundos para brindar un sentido homenaje al que es, sin duda, el mejor futbolista asturiano de la historia. En este tipo de situaciones, poco importó la rivalidad existente. Todo el mundo de pie, en silencio. Sencillamente excelente. Detalles así hacen aún más grande este deporte.
  • Falto de ideas en la parte de arriba. La falta de Saúl Berjón se notó mucho. Porque él es quien lleva la batuta ofensiva, quien marca el ritmo y quien brinda las mejores ocasiones. Ayer, sin el ovetense, el Oviedo no tuvo profundidad en los metros finales. Tampoco claridad, ya que los azules se precipitaron en varias acciones claras. Un ejemplo es la gran ocasión de Linares tras fallo de Ortolá. La ocasión fue el reflejo de lo que se venía viendo. Imprecisiones y mucha aceleración en la toma de decisiones.
  • Fabbrini y Aarón. Fueron los dos futbolistas desequilibrantes. Junto a Mossa, llevaron el peligro del Oviedo. Cada vez que cogían el balón lo intentaban, encarando, rompiendo por banda o por el centro o sirviendo multitud de centros laterales que no encontraban el gol. Al italiano se le vio cómodo con el balón. Se ofreció, se movió y siempre dio una salida clara de balón. Aarón, por su parte, fue mucho más eléctrico. No dudó nunca en encarar a su par. Se asoció bien con Mossa y ambos produjeron el mayor peligro de los asturianos.
  • Las decisiones arbitrales. Aunque no sea una excusa, es verdad que en las últimas semanas los colegiados sólo parecen equivocarse para un lado. El cabreo de Toché y Anquela al final del encuentro resume a la perfección el sentir de un club y sus aficionados. El partido comenzó a calentarse con una decisión del juez de línea. El gol anulado a Toché despertó la ira de un estadio que que despidió a los colegiados al grito de ‘fuera, fuera’. Tras el tanto, una amarilla a Forlín desató el enfado de Anquela, que acabó expulsado. Tras eso, y en la segunda mitad, una sucesión de errores mermaron la paciencia del público y los futbolistas.

Falto de gol

  • Con la pólvora mojada. Dejando a un lado el tanto anulado a Toché, el Oviedo ve como sus delanteros no están finos de cara a puerta. En el último mes de competición, los azules han convertido cuatro tantos. Solo uno, el de Linares en Cádiz, se le atribuye a un jugador de la parte de arriba. Todos los goles valen, sí, pero está claro que el conjunto de Juan Antonio Anquela tiene un problema de cara a puerta.

Imagen destacada: laliga.es

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