Las cuentas de la lechera

Las cábalas no favorecen al Valladolid pero todo es posible

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Se acerca la fase decisiva de la competición en la Liga 1,2,3 y todos los equipos comienzan a echar cuentas sobre cuantos puntos harán falta para lograr el objetivo de cada cual. En el caso del Real Valladolid, dichas cuentas son cada vez más complicadas numéricamente y ya no digamos si hablamos de sensaciones de un equipo que va en línea descendente al contrario de otros, como por ejemplo, el Zaragoza.

El equipo pucelano marcha décimo en la tabla con 44 puntos a tres del playoff, lo que supone estar dos puestos por debajo, pero con dos puntos más que el pasado año a estas alturas; hay que recordar que la temporada pasada el Valladolid finalizó la liga con 63 puntos en el séptimo puesto y se quedó fuera del playoff por el golaverage en favor del Huesca. La tendencia de esta temporada es que el ascenso directo estará en torno a los 76 puntos, con lo cual está totalmente fuera del alcance del Valladolid que tendría que sumar 32 puntos hasta el final y que, por ejemplo, el Rayo no llegara a 22 y esto, contando que hay otros diez equipos que competirían con los de Luis César por esa hipotética segunda plaza.

Descartado el ascenso directo, digamos que el último puesto del playoff estará aproximadamente en 66 puntos. Para alcanzar dicha cifra, los blanquivioletas deberían lograr unos 22 puntos de los 36 que quedan en juego, el porcentaje no parece muy alto pero otra cosa es la realidad. Al Valladolid le restan seis partidos en casa y seis fuera y viendo como va el año, habrá que agarrarse a Zorrilla donde tendrá que enfrentarse a tres rivales en teoría “asequibles”: Almería, Reus y Albacete; y a tres rivales directos: Sporting, Cádiz y Osasuna. Sacar 18 puntos en casa parece una tarea quimérica así que, con el optimismo por bandera, digamos que el Pucela consigue 12-14 de los 18; esto, obligaría a los de Sampedro a lograr unos 8-10 puntos a domicilio, teniendo en cuenta que hasta el momento ha conseguido 15 parece difícil pero posible.

En esta liga tan competida en la que para ganar como visitante hay que sudar sangre, el Valladolid ha obtenido solo dos victorias fuera de su feudo, 6 empates y 7 derrotas. De los seis encuentros que deben jugar los pucelanos lejos de Zorrilla, dos son ante Nástic y Lorca, o lo que es lo mismo, dos de los peores locales de la competición ante los cuáles es más fácil sacar 6 puntos. El problema está en que el resto del calendario va a llevar al Valladolid a Lugo, Oviedo, Soria y Zaragoza con todos ellos luchando por el mismo objetivo que el conjunto blanquivioleta.

La situación actual recuerda a la de la temporada 2010-2011, primera con el actual sistema de competición. El Valladolid en la jornada 30 marchaba en el puesto 11 con 42 puntos a tres de la promoción, y terminó entrando en los puestos nobles logrando los 66 requeridos. Aquel año, Abel Resino sustituyó a Antonio Gómez en el banquillo a mitad de temporada y logró un cambio de rumbo para conseguir el objetivo sin gran brillantez; después el Valladolid cayó en las semifinales del playoff ante el Elche.

Por lo tanto, las cuentas de la lechera son sencillas: el Valladolid tiene que apretar al máximo en casa donde es fiable, sin embargo al haber tantos duelos directos, va a resultar muy necesario sacar petróleo en alguno de los campos antes citados. Pero, como siempre se dice, esto es fútbol y todo es posible.

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