La realidad es que ambos equipos llegaban al encuentro inmersos en una mala racha de resultados, aunque con sensaciones diferentes; Por un lado, el San Pablo Burgos compitió de tú a tú el pasado fin de semana frente al Barça Lassa, algo que instauraba el optimismo en la afición burgalesa de cara a este partido -tanto, que un millar de aficionados se trasladaron a la capital a disfrutar del evento-. Por otro lado, el Movistar Estudiantes venía de perder claramente frente al Retabet GBC y en uno de sus peores momentos de la temporada.
Ambas inercias se mostraron al inicio del choque, y es que el Burgos comenzó dominando con pequeñas ventajas gracias a un gran Deon Thompson, capaz de acreditar 13 puntos de valoración en los primeros siete minutos.
De este modo, el juego interior de los colegiales se veía superado una y otra vez por el poste americano, algo que Salva Maldonado identificó, dando entrada a pista a Caner-Medley y Savané. Ambos dieron un nuevo aire a los locales, sobretodo en defensa, pero fue Sylven Landesberg quién dio la vuelta al marcador comandando un parcial de 8-0 que daba seis puntos de ventaja al ‘Estu’ al final del primer cuarto (27-21).
Ya con los suplentes en pista, en el segundo periodo solo hubo un equipo sobre el parquet, y es que Caner-Medley recogió el testigo de Landesberg y guió a los suyos para lograr un parcial de 27-9 que ponía un 54-30 en el luminoso al periodo de descanso. Los colegiales, en este punto, acreditaban un 4/8 en triples que resultaba una losa difícil de levantar para el San Pablo Burgos.
Los burgaleses trataron de cambiar el sino del partido tras el paso por vestuarios, seleccionando mejor sus lanzamientos y aprovechando mejor sus opciones tras un segundo cuarto nefasto. De este modo, los visitantes fueron capaces de anotar 29 puntos, pero su talón de Aquiles fue su defensa, y es que el conjunto del Ramiro se sentía cómodo en el intercambio de canastas, anotando también 25 puntos.
Pese a que Jenkins acompañó en la anotación a Thompson, el duelo ya estaba decantado, convirtiendo el último cuarto en una sucesión de canastas por parte de ambos bandos sin prácticamente incidencia en el marcador. De esta manera, llegaron los llamados «minutos de la basura», momento en el que terminaron disputando minutos los menos habituales como Adams Solá, canterano del club estudiantil.
Mención aparte habría que realizar a la afición del Burgos, ya que el millar de desplazados no cesó de animar a su equipo durante todo el partido, intercambiando además al final del mismo, cánticos mutuos de apoyo con la afición local.
@alenmartin95