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¿Veremos un nuevo Max Verstappen en Barcelona?

Los que visitáis diariamente la sección de motor de Grada 3 sabéis que no somos muy amigos de las polémicas. Pero esta vez, me apetecía escribir sobre el comienzo de temporada de Max Verstappen teniendo en cuenta que el tema se ha enfriado un poco pasadas dos semanas desde el GP de Azerbaiyan. Todo aquel que este minimamente puesto al día sobre automovilismo sabrá del duro comienzo de temporada que ha tenido el holandés de Red Bull Racing. El piloto al que todos ven como la gran promesa del futuro de la Formula 1 se ha visto envuelto en una serie de incidentes que culminaron con un accidente con su compañero de equipo, Daniel Ricciardo, durante el GP de Azerbaiyan.

El joven de 20 años acumula como mejores resultados en las primeras carreras un quinto y un sexto puesto frente a dos abandonos. Lo que el holandés debe hacer para las siguientes carreras parece fácil, simplemente debería aprender de sus errores, ¿verdad? Pero lo cierto es que la ansiedad mostrada por Verstappen en las primeras carreras, lejos de atenuarse, ha ido creciendo.

Yo soy de los que piensan que el piloto de Red Bull tiene la madera de campeón necesaria para recomponerse, reconocer sus errores y volver al nivel que le conocíamos antes de comenzar la temporada. Pero tampoco puedo evitar pensar que con Ricciardo pendiente de su renovación con los de las bebidas energéticas, el holandés quiera situarse como líder del equipo de cara a una posible entrada de Carlos Sainz Pierre Gasly en 2019. Esto le podría llevar a seguir afrontando cada carrera como si fuese la última.

Lejos de mirar hacia el box de RenaultToro Rosso, lo que Verstappen debe intentar a toda costa es fijarse en el hombre que tiene al lado y que gestiona cada incidente de una manera ejemplar. Los benefecios que el holandés puede sacar de Ricciardo son innumerables, aunque lo cierto es que a estas alturas parece iluso pensar que el australiano vaya a suponer una especie de figura paterna para Verstappen.

Pero también es cierto que entre ambos compañeros siempre se ha respirado un ambiente de respeto mutuo que no se ha visto empañado por los frecuentes encontronazos en pista. De hecho Ricciardo es uno de los referente de la parrilla en cuanto a actitud se refiere, y Verstappen parece haber adoptado algunos rasgos de esa actitud en su estancia en Milton Keynes. No podemos negar que el holandés ha cambiado mucho desde aquel rebelde que se negaba a acatar las órdenes de equipo en Toro Rosso.

Tampoco podemos negar que los dos pilotos han llevado el conflicto de Azerbaiyan de manera ejemplar. No hubo acusaciones mutuas ni signos de desprecio entre ellos. Tres días después del accidente ambos fueron a la fábrica del equipo y se disculparon con los trabajadores, algo para nada habitual entre los egos del Gran Circo. Que dos compañeros (y rivales) hablen de un tema así con tanta franqueza es para elogiar el trabajo que hace Red Bull para mantener las relaciones entre su equipo.

De hecho, Christian Horner ha afirmado que lo primero que hicieron tras el accidente fue tener una reunión en su despacho donde cada uno dejo claro cual era su responsabilidad y que podían hacer para aprender de ello. Igualmente, la actitud hacia los medios en todo momento fue abierta y distendida.

Lo que ambos pilotos se tengan que decir lo harán en la pista a partir de esta semana en el GP de España. Verstappen tendrá la responsabilidad de conseguir resultados sin poner en riesgo la integridad del monoplaza, mientras que Ricciardo deberá seguir intentando llamar la atención de Ferrari Mercedes de cara a un posible acuerdo para 2019.

Fotos vía: express.co.uk


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