La última jornada -la número 38- de LaLiga, nos deja un encuentro, sin nada en juego, donde se enfrentarán en el Metropolitano, el Atlético de Madrid y Sociedad Deportiva Eibar. Un encuentro donde el resultado no afectará a las aspiraciones de ninguno de los dos equipos.
Quizás los de Mendilibar vayan con una motivación extra para conseguir los tres puntos, y esta se basa en convertirse en el equipo vasco mejor situado en la temporada 2017/18. En estos momentos, el conjunto que mañana será visitante, ocupa la novena posición, a un punto de la Real Sociedad. Por tanto, los vascos buscarán mañana una victoria motivados -por buscar un motivo- en mantener la plaza que ocupan, y con posibilidad de asaltar la plaza que ocupa el Getafe, la octava.
Un Mendilibar que tratará de mejorar el resultado de la campaña anterior, en la que los ‘rojiblancos’ se impusieron -de forma contundente- en el marcador con un tres a cero, sumando a dicho resultado la derrota por la mínima en Ipurua, en la que los locales -el Eibar- merecieron sumar algún punto. A los anteriores enfrentamientos, se le suman cinco derrotas más haciendo un total de siete enfrentamiento entre ambos conjuntos -en primera división- con la balanza a favor de los ‘colchoneros’. Una razón más por la que optar por vencer de una vez en la máxima categoría del fútbol español. A su favor cuenta con un buen balance de resultados en estas tres últimas jornadas, donde no ha conocido la derrota. El último partido lo saldó con una contundente victoria a domicilio, en Girona.
Pero, el verdadero atractivo de este enfrentamiento no es en ninguno de los casos una razón deportiva, lo que hace este partido especial, principalmente para los aficionados del Atlético de Madrid y los amantes del fútbol, es sentimental. Mañana será el último encuentro -oficial- que Fernando Torres disputará con el club de sus amores. Una historia que todos conocemos, con el mejor de los desenlaces posibles, un título con su equipo de siempre. Mientras Simeone alinea a once jugadores para iniciar el envite, al igual que Mendilibar, todos los focos van a estar centrados en un hombre, más bien, en un niño, el ‘Niño’.
Al buen aficionado le gusta contemplar historias de este tipo, de lealtad, amor por unos colores, en tiempos de dinero, fama. Un ejemplo del prototipo de futbolista que el afiliado de ese equipo jamás podrá odiar porque es un aficionado al igual que puedes serlo tú.
Mañana ningún ‘colchonero’ querrá que Alfonso Alvarez -colegiado del partido- pite el final del partido, ya que, con el silbido final supondrá el fin de una era, el adiós de una leyenda. Perdonen que lo deportivo «quede» de lado mañana, pues, deben entender -sin nada en juego, aún habiéndolo- que lo más relevante, y apreciable, es esta parte del deporte. Más allá de los títulos, más allá de los resultados, este deporte -el fútbol- contiene un ingrediente de romanticismo del que nadie puede escapar.. A las 18:30, Madrid perderá un mito.