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El fútbol de Montilleta

Él era muy del fútbol a las 5 y los domingos, aunque recordaba con cierta nostalgia y añoranza los partidos a las 3 cuando los campos carecían de iluminación eléctrica. Cada viernes comentábamos la jornada anterior, analizábamos hasta el más mínimo detalle y repasábamos la actualidad valencianista. Si mi turno de corte iba para largo, nos podía dar tiempo para analizar la jornada venidera.  Por aquel entonces, un periódico sobre aquellas viejas sillas de madera de su pequeña peluquería era toda la referencia informativa. No había internet, ni programas de radio a todas horas, ni Chiringuitos que distorsionen la realidad. Era un fútbol más equitativo, más igualado y competitivo que el actual. No había semana que Montilleta y el que escribe estas líneas no hablaran de alguna sorpresa o sorpresón, producida o por producirse.

Las jornadas de 4 días pueden, y entiendan bien que solo es una posibilidad y no una certeza, ser muy buenas para los operadores televisivos que cubren la información de nuestra liga pero para los espectadores suponen un hartazgo, un no saber en qué momento de la jornada está, ni cuando poder ver un programa resumen con los goles de la jornada y muchas veces ni tener la seguridad del horario de su propio equipo.

El fútbol base, el fútbol regional, incluso el fútbol femenino se ve afectado, alterado y perjudicado por aquellos que no ven más allá de su competición, de sus presupuestos y de cuadrarlos con resultados positivos.
Si sus espectadores tienen otros quehaceres, les es indiferente, si los niños tienen sus partidos semanales, no les importa, si los seguidores trabajan viernes y lunes, no les afecta. Con un tiro de cámara con gente, muchos abonados  a las plataformas digitales y los ingresos asegurados, todos contentos. Todos, excepto los más importantes en todo esto, los que mantienen el circo en marcha y que parecen no tener ni voz ni voto en el asunto, los aficionados.

Si con los horarios no se considera al público como parte importante o a tener en cuenta, con la internacionalización de la competición se alcanzan extremos insospechados de supremacismo comercial. Se toman como referencias otras ligas que realizan actos similares, pero esas mismas ligas no son un referente a tomar en cuenta para otros aspectos como pueda ser el reparto proporcional y más equitativo de los beneficios, el carácter cerrado de las mismas, los horarios familiares de sus partidos, los límites salariales para igualar la competición, la elección, vía draft, de los mejores jugadores por los equipos más débiles, y así un largo etc de características que hacen de esas ligas unas competiciones mucho más competidas,  y con ese carácter competitivo mucho más igualadas y con esa mayor igualdad, mucho más atractivas para el público y ese atractivo es el punto de arranque para un mayor beneficio comercial.

 

@VicentSarrion

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