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Granitos de arena por la igualdad

Imagen de la página web nosotrastambiénjugamos.org

De antemano os quiero avisar de que en este artículo se van a redactar experiencias que he vivido en primera o segunda persona, es decir, son totalmente verídicas. Y por último, pedir perdón si en algún momento me he equivocado al expresarme.

Para comenzar me gustaría haceros reflexionar y retrotraeros a vuestra niñez y haceros pensar en quien fue vuestro jugador referencia. Yo, según pasaban los años, fui cambiando de ídolos: Karmona (central del Alavés), Vicente Rodríguez (extremo zurdo del Valencia), Ramí (en su época ché) y desde que debutó hasta que se retiró, Carles Puyol (FC Barcelona).

Y os estaréis planteando a que se debe esta introducción teniendo en cuenta el título que he puesto a este artículo. Es muy cotidiano tener ídolos cuando somos pequeños pero, ¿alguien se ha planteado ponerse en el papel de una niña? Los cromos es la conexión de los más pequeños y las más pequeñas con el futbol profesional pero, no aparecen jugadoras de la liga Iberdrola. La hija de Iñigo Benedicto, uno de los culpables de www.nosotrastambienjugamos.org, le preguntó a su padre porque no había cromos de mujeres, figuras en las que fijarse, incluso en las que apoyarse en aquellos momentos en los que tiene que aguantar comentarios machistas o simplemente, que no le pasen el balón.

Tengo que reconocer que poco a poco el sistema está cambiando, aun así hay mucho camino por hacer. Centrándome en mi experiencia personal voy a explicar varios casos que he vivido y han cambiado para bien. No sé si esto podrá ayudar a que esto vaya avanzando pero granito a granito, o como reza la página web antes mencionada, cromo a cromo, siempre se avanzará hacia la igualdad.

En el primer caso era un chaval de 11 años, y jugaba en un equipo masculino que se enfrentaba a otro mixto, ambos del mismo club. Hubo un balón dividido en el que fui contra una chica, en ese momento pasó por mi cabeza que no debía ir fuerte para no hacerla daño (pensamiento totalmente machista) y por ello recibí una lección. Un pequeño esguince, ella fue con todo.

Futbol mixto. Vía master sport

Se puede decir que fue el momento en el que mi pensamiento, impuesto por una sociedad machista, comenzó a cambiar.

El segundo caso llega en mi época de entrenador. Hoy en día entreno a infantiles, chavales de 11 a 13 años. Comencé solo y vi la necesidad de que alguien me ayudará, entonces le comenté a una amiga que jugó a futbol hasta que se lesionó. Bendita la hora en que lo decidí, ella misma no estaba muy convencida pero mucho menos la gente que se asombró de mi decisión ¿cómo iba una chica a entrenar a futbol a unos niños? Hoy en día ya llevamos algo más de medio año mano a mano. Las madres y los padres aplaudieron la decisión, buena señal pero a la vez, creo que no debería de aplaudirse ya que debería ser una situación normalizada.

Entrenadores. Vía Olatz Herrán

El tercer y último caso que voy a explicar, por desgracia no es el último vivido, es sobre mi posición de aficionado al futbol femenino. No hace mucho solía salir el tema de conversación de porque no se televisaba el futbol femenino y tenía que escuchar comentarios del nivel de “el futbol femenino no es ni futbol ni femenino” acompañados de un “eso no lo verían ni sus familias”. Por suerte, el canal televisivo GOL retransmite partidos femeninos y, de alguna manera, está situando ese futbol a la altura a la que debe estar, me repito si lo digo pero, aún falta mucho camino hasta que llegue realmente a donde tiene que estar. En cuanto a una situación cercana, he visto como el Gasteizko Neskak, equipo femenino de Vitoria que ha jugado varios años en segunda división, ha tenido que ser absorbido por un club masculino, el Deportivo Alavés, para que haya tenido una subida de nivel, ahora compite por ascender a 1B, y para que vayan a cada partido cerca de 300 personas, antes, en muchas ocasiones, no llegaban a 50. Y esto me hace reflexionar, para que un equipo femenino triunfe, ¿tiene que ser absorbido un club masculino? En la liga Iberdrola, la primera división femenina, no se me ocurre ningún equipo que no esté respaldado por un club masculino, al fin y al cabo, no deja de ser micro machismo.

Derbi alavés en segunda. Vía El Correo

Resumiendo y repitiéndome, aún falta un mundo para que el deporte femenino, en general, esté a la altura del masculino, no por la calidad sino por la sociedad. Es importante que se vayan dando pasos desde una educación igualitaria (feminista) y normalizando situaciones como la de que una chica entrene a chicos o simplemente creando cromos en los que aparezcan mujeres. Las dunas más gigantescas están compuestas por millones de granitos de arena, pon tú el tuyo.

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