Saltarán chispas en el encuentro de este lunes. La Sociedad Deportiva Huesca recibe al Athletic Club en plena lucha por la permanencia. Ambos conjuntos lo han y lo están pasando mal esta temporada, sobre todo los que esta jornada ejercerán de locales, debido a sus, en general, pésimos resultados y juego. Sin embargo, parece que algún interruptor ha accionado un generador de energía en el interior de ambos.
Los oscenses, por su parte, han conseguido encadenar varios buenos resultados que invitan a la esperanza. Si bien hasta hace poco estaban casi desahuciados, los de Francisco llevan tres partidos sin perder, siendo dos de ellos victorias contra el Girona y contra el Valladolid, rivales directos por evitar el descenso. La buena forma de jugadores como “Chimy” Ávila han hecho que el Huesca reciba una buena bocanada de oxígeno que le permita salir del pozo.
El Athletic, por su parte, lleva una racha generalmente positiva. Pese a su derrota en Anoeta, la buena imagen ofrecida en las últimas jornadas (en la última tuvo contra las cuerdas al Barcelona y solo Ter Stegen impidió la derrota blaugrana). Desde que llegara Garitano, el equipo dejó atrás la racha de más de 10 partidos sin ganar, logrando victorias contra el Girona, Celta, Sevilla y Betis. Williams y Muniain son los protagonistas de esta remontada, una combinación letal que hizo que el primero lograse ser jugador del mes de la Liga Santander en enero.
En el partido de ida, disputado en San Mamés, los rojiblancos todavía no sabían la racha que se les avecinaba y partían como favoritos frente a un recién subido a priori inferior. La victoria contra el Leganés, aunque fuera in extremis, hacía que los aficionados fueran optimistas, pese a que el Huesca también hubiera obtenido una victoria frente al Eibar en la jornada inaugural.
En aquella ocasión, los pupilos del otrora entrenador del Athletic Eduardo Berizzo dominaron el partido desde el comienzo hasta los últimos veinte minutos de juego, que alcanzaron con un marcador de dos goles (Markel Susaeta y Yuri Berchiche) a cero. Cuando parecía que los tres puntos se quedaban en casa, Jorge Miramón recortó distancias, generando miedos, inquietud y mal juego en el Athletic, derivando en el gol del mencionado Ávila que establecería el 2-2 definitivo en el marcador.
El objetivo de ambos está claro: obtener la victoria en El Alcoraz. Ni el empate ni muchísimo menos la derrota pasan por los planes de ambos conjuntos. El Huesca vencería a otro rival directo, y los leones se alejarían más de las últimas plazas.
Una derrota de los primeros supondría frenar una racha que se antoja indispensable para obtener la permanencia ya que, de obtener la victoria y de darse los resultados convenientes, les permitiría estar únicamente a tres puntos de la permanencia, algo increíble hasta hace bien poco. Mientras, aunque la complicada jornada que afrontan sus competidores les permite tener cierto margen de maniobra, una derrota de los segundos les haría meterse de lleno una vez más en el pozo y sembrar de dudas el buen camino que últimamente se está siguiendo.