Oviedo y Sporting cada vez aumentan más su diferencia particular. Porque una semana más, el cuadro rojiblanco volvió a caer. Esta vez ante su gente, en un partido que pocos, o casi nadie, esperaba que fuese. El Rayo Majadahonda sorprendió a los de Jose Alberto y dio la campanada al imponerse por 2-3. Un triunfo que se le resistió al Oviedo. Los azules hicieron todo lo posible para llevarse los tres puntos. Entre las ocasiones claras destacan las dos veces que los de Juan Antonio Anquela estrellaron el balón en el palo. Eso sí, en la primera mitad, los centrales y Champagne, con varias paradas de mérito, sostuvieron al equipo.
El Oviedo mira hacia arriba
- El mejor Oviedo de la temporada. El momento de forma del cuadro de Juan Antonio Anquela es sencillamente increíble. Por sensaciones, fútbol y resultados, podemos afirmar que estamos ante el mejor Oviedo de la temporada. Los azules han demostrado ser un equipo sólido y con las ideas claras. En el Belmonte, los asturianos superaron de forma clara a un Albacete que, en muchos momentos, sufrió como nunca lo había hecho en casa en lo que va de campaña. Además, aquel miedo del balón parado parece estar superado. El conjunto de Anquela ha recuperado su firmeza en las acciones a balón parado. Ayer, este factor, fue una de las claves.
- Partido con oleadas. Los dos las tuvieron. Ambos equipos pudieron ver puerta en más de una ocasión. En la primera parte hay que destacar el encuentro de Champagne y los centrales. El meta oviedista evitó el primero en un mano a mano, mientras que la línea de tres logró parar a uno de los mejores ataques de la categoría. También en el primer acto, los carbayones, en ataque, estrellaron un balón en el palo y dispusieron de varias acciones donde faltó claridad en los últimos metros para concretar sus ocasiones. En la segunda mitad hubo otro gran intercambio de golpes, aunque fue el Albacete quien más tiempo pisó área rival. Eso sí, en estos segundos cuarenta y cinco minutos, la ocasión más clara volvió a ser para los azules en un remate de Alanís al palo.
- Profesor Tejera. El Oviedo jugó, en el Belmonte, al ritmo que marcó Tejera. El centrocampista del Real Oviedo volvió a ser el mejor de los suyos, al igual que la pasada semana. Manejó la medular azul, trabajó durante los noventa minutos y proporcionó claridad y salida de balón para conectar las dos mitades del equipo. Otro encuentro para enmarcar de un futbolista que parece, en muchas ocasiones, de otra categoría.
- Licencia para soñar. Aunque el empate deja al Oviedo, al término de la jornada, en la séptima plaza, los ánimos están por las nubes. Y no es para menos. El equipo continúa demostrando que es un claro candidato a acabar entre los seis primeros a final de temporada. Además, este año, por el momento, se da un factor que en otras temporadas no. De los seis primeros clasificados, el Oviedo tiene ganada la diferencia de goles particular a dos. Algo por lo que se quedó fuera la temporada pasada. Los azules permiten a sus aficionados soñar.
El día de la marmota
- José Alberto y Bill Murray, parecidos razonables: El Sporting vive constantemente en el día de la marmota. Como Bill Murray en la genial película de los noventa, desde hace varios partidos en todos ellos se repiten errores. Errores que en el equipo de José Alberto López no se solucionan y que partido tras partido cuestan puntos. Tercer partido consecutivo en el que un córner a favor, provoca un contraataque que acaba en gol. Sean situaciones entrenables o no; sea el buen hacer del rival o sea simple desidia y falta de intensidad de jugadores en el terreno de juego, no es permisible que semana tras semana se cometan esos mismos errores que acaban decidiendo partidos.
- Sigue la debilidad a balón parado: Y otra de las situaciones del día de la marmota que se repiten es la debilidad a balón parado. Cada falta lateral o cada córner en contra es un auténtico suplicio. Hoy, cuando mejor estaba el partido y se podía lograr la primera remontada en casi dos años, una acción que no merece otra calificación de chiste provoca un córner que se antoja pueda estar peor defendido y que acaba en gol. Todo esto se une además el balón parado ofensivo. No se genera ni una sola ocasión en el balón parado desde el partido de Extremadura. Y en aquella ocasión el peligro fue de un intento de gol olímpico y no de un remate. Ni en faltas frontales, laterales o córners el Sporting logra inquietar al rival.
- Quizá haya que replantearse un esquema fijo: Otra de las cosas que quizá el técnico rojiblanco deba replantearse es apostar decididamente por un dispositivo táctico y una forma de jugar. Decía en semanas anteriores José Alberto que el equipo no tiene un esquema fijo. Y es cierto. No lo ha repetido en dos semanas consecutivas salvo sus primeros partidos en los que bien el 4-3-3 o el 4-4-2 era sus opciones. Desde entonces ha añadido el 3-5-2, el 4-1-4-1, el 4-2-3-1 y el 4-1-3-2 de la segunda parte de este domingo frente al Rayo. La impresión que da muchas veces el equipo es de un equipo aturdido, perdido, que no sabe que tiene que hacer. Es de alabar que el entrenador quiera buscar soluciones y exprimir los recursos de los que dispone. Pero tanto cambio parece estar empeorando constantemente al equipo en vez de mejorarlo.
- Adiós al play-off: El viernes José Alberto hablaba, y con toda razón, que hablar de play-off era una chorrada. Lo cierto es que en la afición muchos, incautos probablemente, se veían enganchados en caso de vencer al cuadro majariego. Con la derrota el Sporting se queda más cerca del descenso (10 puntos) que del play-off (11). El peor temor del aficionado está cerca. No es otro que estar dos o tres meses vagando sin jugarse nada en la competición. Una opción que empieza a ganar mucho enteros.