El comienzo del encuentro se daba con dos equipos tímidos que no parecían saber como afrontar el arranque del partido. Poco tardaría el conjunto de Navarro en intentar adueñarse del balón y del control del juego, algo que llevaría a un primer aviso por parte de Andrés Martín y posteriormente otro de Luis Muñoz, aunque sin crear suficiente peligro.
Polémica y gol cordobesista
El juego transcurría sobre el césped mientras la polémica estaba en la grada. En el fondo norte salían distintas pancartas en detrimento de la plantilla y directiva blanquiverde, lo cual llevó a la seguridad del estadio a retirar dichas pancartas, levantando las protestas de toda la grada que se indignaba, mientras Abad salvaba a los suyos de recibir el primer tanto visitante.
Pero el equipo cordobesista se quería desvincular de esas críticas y demostrar que aún no han bajado los brazos, por lo que seguiría con su intención de buscar el gol. Tras una gran recuperación de Blati Touré cerca de su área, el esférico llegaría a Fernández después de haber recorrido toda su banda para poner un gran centro que remataría con un cabezazo Carrillo, adelantando de esta manera a los suyos.
Un Sporting de remontada
El Sporting parecía que había quedado muy tocado. Los jugadores de Navarro podrían haber aumentado la diferencia de goles justo después del primer tanto, pero conseguirían resistir los asturianos el envite de los locales. Algo que haría levantarse al equipo para reaccionar antes del descanso.
En el quinto saque de esquina, una confusión dentro del área del Córdoba entre los jugadores dejaría el balón muerto en boca gol prácticamente. En ese momento aparecería el central francés, Peybernes, para rematar con fuerza dejando sin posibilidad alguna de detenerla a Abad, empatando así de nuevo el encuentro y mandando a los equipos al descanso con una sensación agridulce.
El segundo tiempo parecía que volvía a dar a los blanquiverdes la oportunidad de poner contra las cuerdas al Sporting. No conseguían plasmar estas opciones de gol y, tarde o temprano, los de Navarro iban a terminar pagándolo con otro error defensivo imperdonable. Una jugada en la que parecía que la defensa solo tenía que despejarla, Carmona aprovecharía esa indecisión entre los zagueros para darle con todo como había pasado en la primera mitad.