Carrillo no está para bromas

Dio Carrillo el gol de la victoria a su equipo en la última jugada del partido, haciendo justicia respecto a lo que se había visto sobre el verde. El Leganés, que ya tenía un buen colchón de puntos sobre el descenso afrontará las últimas jornadas con mayor tranquilidad aún. Al Valladolid le tocará levantar la cabeza y seguir remando hasta el final.

Butarque sería el escenario en el Leganés y Valladolid medirían fuerzas, con más en juego para los visitantes, quienes se encontraban un solo punto por encima del descenso después de los empates de Celta y Villarreal. El Leganés buscaría la victoria para terminar de sellar su permanencia.

Arrancó el partido el Leganés con la intención de hacerse fuerte teniendo la posesión y su primera llegada reseñable tuvo lugar en el minuto 6, en una contra llevada por Michael Santos; el delantero buscó a un Jonathan Santos que llegó a engancharla de volea, aunque el tiro se fue alto. El Valladolid por su parte comenzó el partido aguantando en su campo, evitando así sufrimientos excesivos.

Intentaron desquitarse de la presión los de Pucela con llegadas puntales, como una que acabo en un tiro lejano que se marchó alto, pero lo cierto es que perdían el balón con relativa facilidad ante un Leganés que no estaba teniendo la verticalidad necesaria para hacer daño.

Estaba carente de ritmo el partido. El respeto entre ambos conjuntos era evidente y ninguno estaba queriendo arriesgar más de lo necesario, las ocasiones llegaban con cuentagotas y por momentos parecía que ambos habían firmado el empate.

Tuvo el primero Waldo en sus botas tras al rematar en el área un balón que le llegó desde la izquierda. Se marcharía también alto el remate de cabeza de Santos, que no fue capaz de dirigirlo a portería para decantar así el marcador del lado del Lega.

Las pocas llegadas que hubieron fueron mayoritariamente al final de la primera mitad, y aún así, ni Cuéllar ni Masip tuvieron que realizar ninguna parada de mérito.

Tras los 15 minutos de descanso reglamentarios, el inicio de la segunda mitad sería un infierno para un indefenso Valladolid que no tuvo más remedio que cerrarse atrás ante el ímpetu con el que los locales habían salido del túnel de vestuarios.

Enfado sin razón

El asedio del Leganés estaba siendo brutal, pero este no se traducía en gol, algo que poco a poco iba desesperando a los aficionados que se habían dado cita en Butarque. Su desesperación no iba si no creciendo, hasta el punto que esta se transformó en enfado cuando el árbitro no concedió penalti al Leganés en dos ocasiones distintas.

La primera fue una caída de Juanfran en un lateral del área que el colegiado consideró insuficiente como para señalar la pena máxima. La segunda sería la que definitivamente desataría los silbidos en la grada, esta vez la jugada la protagonizaría Silva, el otro lateral pepinero, que, cuando centró desde la banda izquierda, impactó el balón en la cara del defensa pucelano. Tanto jugadores como afición reclamaron fervientemente el penalti por una supuesta mano, pero la acción no dejaba lugar a dudas.

Introduciría Sergio González a Verde en el terreno de juego para intentar generar algún tipo de peligro a la zaga local. Parecía el partido abocado al empate pero el Lega no se rendía, y menos Carrillo cuya insistencia no se traducía en gol ya que sus remates pese a ser en zona de peligro no terminaban de coger portería.

Carrillo, de cabeza a la salvación

Habíamos entrado en el descuento y el Leganés no cesaba en su búsqueda del gol ante un Valladolid que hacía mucho ya que había decidido firmar el empate. Parecía que los visitantes tenían ya amarrado su punto cuando Juanfran recortó a Nacho en banda derecha y puso un centro medido a la cabeza de Guido Carrillo, que haría el gol en la última del encuentro.