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El lastre de los goles encajados

Foto (Marca.com)

El empate ante el Córdoba parece haber sido la puntilla definitiva. El Oviedo no ganó un encuentro que se puso 2-0 a favor en el minuto nueve. Un resultado que, por otro lado, tenía una segunda lectura, la de la clasificación. La más importante. Porque los de Juan Antonio Anquela, con un triunfo, adelantaban a Deportivo y Sporting y se quedaban a un triunfo del play-off. Pero una vez más, la fragilidad defensiva volvió a ‘desnudar’ al cuadro asturiano. Los blanquiverdes levantaron dos goles en contra y, por si eso fuera poco, también lograron igualar el 3-2 que Joselu había establecido en el luminoso.

El lastre de los goles en contra pesa mucho. En Segunda División, no encajar es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta. Y el Oviedo, esta temporada, no está siendo fiable atrás. El equipo ya ha concedido 38 goles, el que más entre los doce primeros clasificados. Goles que han llegado, en muchas ocasiones, por una fragilidad defensiva que ante el Córdoba volvió a escena. Tantos inexplicables que han hecho perder varios puntos a lo largo de la temporada.

Los goles que encaja el Oviedo

En primer lugar, el Oviedo ha pasado de ser un equipo temible a balón parado a temer este tipo de acciones. Hasta nueve goles ha encajado el cuadro asturiano tras un saque de esquina, a los que hay que sumar otros cuatro que han llegado después de un centro lateral. Lo que parecía ser el principal arma de los azules se ha convertido en el mayor de los lastres. Goles que han significado perder puntos. Tantos que impiden al equipo disfrutar de la zona noble.

En referencia a los goles en el tramo final de los encuentros, la cosa está más equilibrada. Se han perdido nueve puntos, pero también se han sumado siete. Balance negativo, pero no tan drástico como en los tantos en acciones a balón parado. Comenzando por lo bueno, el equipo rescató un punto de Cádiz en el descuento y ganó a Osasuna, Numancia y Elche también en la prolongación. Por contra, se cedieron empates ante Las Palmas y Córdoba en casa y derrotas ante Rayo Majadahonda, Granada y Nástic fuera. Todos los tantos llegaron en los últimos siete minutos de encuentro.

Independientemente de todos estos datos, al equipo le ha faltado fútbol en muchos tramos de la temporada. Ayer, sin ir más lejos, las transiciones defensa-ataque cuando el partido estaba encarrilado no acababan de salir porque la circulación de balón era muy lenta. También se echa de menos el saber controlar los partidos cuando el marcador juega a tu favor. Ya no es una cuestión de sistema, es una cuestión de fútbol.

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