El Zaragoza sigue a vueltas con su lateral derecho
Tanto Benito como Delmás no han aceptado las ofertas de ampliación de contrato planteadas por la entidad y el futuro se torna en incógnita
Una vez asegurada la continuidad en el banquillo con la renovación de Víctor Fernández, en el Zaragoza vuelven a ponerse manos a la obra con la confección de la plantilla del año que viene. Una planificación que arrancó hace meses y que ya tiene piezas confirmadas a falta de confirmación oficial. Esos son los casos de Bikoro (Teruel), Mingotes (Ejea) y Etinof (Stade Laval).
Pero una de las posiciones con las que el Real Zaragoza lleva a vueltas desde hace meses es el lateral derecho. En esa posición Alberto Benito y Julián Delmás son dos de plenas garantías, pero Lalo Arantegui se está encontrando con muchas dificultades para asegurar su continuidad.
El lateral catalán termina contrato en 2020, por lo que una vez se produzca el cambio de temporada entrará en último año de contrato. Han sido varios los intentos del Real Zaragoza de intentar una ampliación de contrato, pero el tarraconense se ha negado. El Girona y el AEK Atenas estaban muy interesados en su fichaje. Pero el descenso de los catalanes y que el principal valedor de su fichaje por el cuadro heleno, Manolo Jiménez, ya no esté en el club, podrían enfriar ambas operaciones.
En el caso de Julián Delmás su vinculación es por un año más, hasta 2021. El canterano también ha rechazado, según informa el Periódico de Aragón, la última propuesta de renovación. Una propuesta que, además de ampliar los años de contrato, aumentaba la cláusula de rescisión, actualmente en seis millones. Una cifra que dado su rendimiento podría ser incluso accesible si algún equipo apuesta por él.
La continuidad de ambos, casi imposible
Lo que tiene claro la dirección deportiva blanquilla es que debe asegurar, al menos, la continuidad o de Benito o de Delmás. En caso de no lograrlo, ambos estarían bajo contrato para el curso que viene, por lo que no sería un revés en la planificación. Pero sí que añadiría más incertidumbre a la situación y prácticamente obligaría a la entidad a ejecutar un traspaso por uno de los dos para no ver como ambos se van sin dejar ni un euro en las arcas mañas.
