Labeyrie, un actor secundario, protagonista en la victoria coral

Nadie contaba con él, pero Labeyrie fue el ejecutor de un Unicaja que nunca se rindió y que vendió cara su derrota en estos cuartos de final tan igualados y que dejan paso a las semifinales de una Liga Endesa que crece a cada temporada.

El primer parcial, claro y rotundo para Valencia

El Valencia Basket arrancó el partido con la clara intención de abrir brecha a base de intensidad defensiva y acierto desde la larga distancia. Dicho y hecho. Un primer parcial en el que los locales pronto marcaron diferencias y donde el aro se veía muy pequeño por parte de los malagueños. Al acierto exterior se añadió un Tobey extrañamente anotador. Se repetía la historia del segundo partido. Un primer cuarto con un Valencia desbocado y un Unicaja falto de ideas. El 25-10 es la consecuencia clara y directa de todo ello.

Reacción inacabada de Unicaja

Vista su falta de ideas en ataque para superar la defensa presionante y con ayudas de los valencianos, Los de Casimiro intentaron reaccionar desde atrás, desde una defensa más agresiva. Poco a poco se fueron reduciendo las diferencias hasta dejarlas en 9 puntos mediado el segundo parcial. Ponsarnau le vio las orejas al lobo y varió la dinámica con un tiempo muerto. Mayor velocidad en la circulación, insistencia sobre Tobey en la pintura y ayudas continuas en defensa para impedir tiros liberados y buscar a Shermadini. La rotación valenciana permitió esa intensidad defensiva y esa frescura en el ataque y llegar con clara ventaja al descanso. 42-31

Valencia busca romper el partido

Los locales habían aprendido la lección. No dejarían entrar a Unicaja en el partido. Para ello tenían que mejorar en el rebote defensivo y buscar transiciones más rápidas. Dubljevic, desaparecido hasta el momento, tenía que asumir una mayor responsabilidad anotadora pero no conseguía entrar en el partido. Sin la aportación del montenegrino y sin el acierto del de Baltimore, fueron otros actores, secundarios normalmente, los que asumieron el protagonismo. Abalde y Vives mantuvieron la nave a flote pero el ataque valenciano había perdido fluidez, frescura y velocidad. Pese a todo, el conjunto taronja seguía arriba. 59-51.

Los fantasmas asustan pero no matan

Ninguna reacción es buena si no se culmina poniéndote por delante. Es un refrán muy aplicado en el mundo del basket. Unicaja había nadado contra corriente durante todo el partido pero no bajó nunca los brazos. Jamás entregó el partido ni se fue del mismo. Llegado el momento de la verdad, el marcador se estrechó, el aro se hizo pequeño y el partido se volvió en una eliminatoria a 4 minutos. Lejos de amilanarse, los de la Fonteta tiraron de casta, de su público y de sus dos pilares, San Emeterio y El Oso de los balcanes. El primero con acierto ofensivo y asumiendo responsabilidades cuando el balón más quemaba. El segundo secando a Shermadini en la zona propia en la que el georgiano había superado claramente a un blando Tobey. La Fonteta se puso el mono de faena, asustó a los viejos fantasmas que rondaron por el pabellón  y empujó a su equipo hacia las semifinales de la Liga Endesa. En los momentos más cruciales y decisivos Labeyrie anotó 7 puntos seguidos para sentenciar el partido y sellar el pase. Los del Martín Carpena habían nadado con un tesón digno de encomio pero a punto de llegar a la orilla, perecieron en el intento. 79-76 final y el Madrid esperando en el Wizink Center

Foto destacada vía: valenciabasket.com

@VicentSarrion