Oyarzabal echa un jarro de agua fría a Mestalla

Un Mestalla lleno subía el telón de La Liga para el Valencia y la Real Sociedad.Una tarde calurosa de verano esperaba a los 22 protagonistas para dar comienzo a una nueva campaña, repleta de ilusiones para ambos conjuntos. Cada uno con sus objetivos, pero con la premisa de empezar con buen pie la competición local.

Mucho ruido para pocas nueces

Los primeros minutos fueron de descontrol. Los de Imanol presionaban muy arriba, complicando la salida de balón del cuadro de Marcelino, que se veía obligado a jugar en largo, sufriendo inferioridad de altura en el duelo delantero-central. Los locales también presionaban arriba. Sin embargo, las segundas jugadas y los rechaces sí favorecían a los donostiarras, con posibilidad de crear el ataque cerca de la portería de Cillessen.

En la grada, cánticos de “Rodrigo Moreno” y de “Rodrigo quédate”. En el césped, la intensidad fue aminorando y el Valencia tomó el control de la posesión, pero la falta de Parejo en el centro se notó a la hora de crear juego. El Valencia llegaba a zona de finalización, pero los fantasmas del pasado empezaron a asomar. Circulación lenta, pases entre centrales y el juego encallado en el centro del campo con escasas ocasiones. Pocos tiros a puerta, todos intentando dar el último pase pero ninguno capaz de probar a Moyà. Al descanso, dos tiros de Guedes y uno de Oyarzabal lo más peligroso del choque.

Gameiro sigue ‘on fire’

La segunda mitad arrancó como la primera, con una Real Sociedad mucho más incisiva en ataque, presionando arriba y robando en zona de creación valencianista. Si el Valencia conseguía salir de la presión, se sentía como pez en el agua. Y en una de ellas llegó el tanto de Gameiro. Un centro raso y fuerte de Wass por la derecha fue rematado por el francés lanzándose al suelo para adelantar a los locales. Kevin Gameiro empezaría la campaña como acabó anterior: casado con el gol.

Lejos de amedrentarse, la Real Sociedad cogió el peso del encuentro, un gran Odegaard se movía muy bien entre líneas, siempre bien perfilado y ofreciendo una línea de pase a sus compañeros. A su vez, el Valencia se comprimía en defensa, dejando muy poco espacio entre líneas y concediendo muy pocas ocasiones al cuadro txuri-urdin. El cansancio físico empezaba a notarse y las piernas no iban tan rápidas como la cabeza.

Pese a ello, la más clara sería para Rodrigo. Un pase al espacio de Guedes que corrió el internacional español, sumado a la nefasta salida de Moyà dejaría el remate en bandeja al hispano-brasileño, que con la diestra no aprovechó la ocasión y, llorando, golpearía en el poste. Podría haber sido la sentencia, pero el partido seguía vivo. En el 93′, Gameiro erraría un penalti provocado a Cheryshev, por lo que alargaba la agonía de los seguidores ‘chés’.

Tensión final hasta el 100′

En el minuto 100 se consumaría la tragedia para el Valencia. Una falta lanzada por Isak, impactaría en la mano de Coquelin dentro del área, por lo que había penalti para la Real Sociedad en el minuto 100. El encargado de ejecutarlo, Mikel Oyarzabal, no dudaría ni le temblarían las piernas delante de Cillessen y lo engañaba con suma facilidad. Giro de 180º a los acontecimientos cuando los aficionados chés se veían con los 3 puntos en el bolsillo. Finalmente 1 punto para cada uno con diferente sabor de boca.