La situación de Rubén Pardo (Logroño, 22 de octubre de 1992) sigue dando que hablar. Conocedora ya desde hace algo de tiempo la parte del jugador de que lo conveniente es que siga su carrera, al menos esta temporada, en otro sitio la situación está enquistada. La Real ha dejado claro con palabras y con hechos que no tiene sitio. No solo Roberto Olabe le ha dicho al jugador que debe salir. Imanol Alguacil también ha obrado en consecuencia, por lo que si no sale antes del cierre del mercado, el año para el riojano puede ser muy duro.
El problema radica entonces en su situación contractual. El jugador quiere salir libre y según Mundo Deportivo, Osasuna y sobre todo Granada, que no le quita ojo. El cuadro nazarí estaría muy interesado en él para cerrar su mediocampo este curso. De lograr la carta de libertad, podría buscarse su destino sin ningún tipo de atadura. Una fórmula a la que el club no parece dispuesto a acceder. Rubén Pardo acaba contrato en un año, por lo que una cesión también está descartada sin una renovación previa. Esa fórmula ya se empleó en la campaña 2017/2018 con su cesión al Betis. Sin embargo ahora en las oficinas de Anoeta esa fórmula no parece ni mucho menos convencer.
El punto de acuerdo entre Rubén Pardo y Real Sociedad sería una rescisión de contrato, pero con el club guardándose ciertas cláusulas para el futuro. Solo falta un escollo: su alta ficha. Una ficha que ninguno de los dos clubes antes mencionados puede asumir, ni Rubén Pardo perdonar una parte. Serán días de tira y afloja entre las partes y parece que también los últimos del riojano como jugador txuriurdin.