El empate in extremis del Celta de Vigo ayer frente al Espanyol evidenció que este Celta le está costando mucho arrancar. Un proyecto muy ilusionante en la ciudad viguesa que no termina de arrancar por varias razones. Una de ellas, y probablemente de las más evidentes, es la dificultad que está teniendo el equipo para hacer gol. Una faceta que evidencia más si cabe la ‘sequía’ por la que está pasando el hombre llamado a tirar del equipo: Iago Aspas.
El de Moaña no ha logrado gol alguno en las seis jornadas que se llevan disputadas. Algo que en los nueve años que lleva, en dos etapas, en el primer equipo celeste solo ocurrió en una ocasión. Fue en la temporada 2017/2018, si bien en aquella ocasión sí había visto puerta con la Selección en un encuentro frente a Liechenstein.
No obstante, todo aficionado del Celta firmará que esta temporada transcurra como aquella. Iago Aspas acabó esa campaña, en la que no se estrenó como goleador hasta la octava jornada, con 23 goles, siendo máximo goleador nacional. Una cifra de goles que le valió ir convocado al mundial de Rusia con España, cita en la que logró otros dos tantos más.
El conjunto de Fran Escribá suspira por el retorno del ‘Príncipe de las bateas’. Porque entonces, el Celta se convertirá en un equipo mucho más temible y capaz de aspirar a mucho más que la decimoquinta plaza que ocupa actualmente en la clasificación.