Como si de un dibujo animado se tratase, Ante Budimir, parece ese tipo de animación desgarbada alta y floja. Sin embargo el balcánico tiene movimientos dignos de un cisne, con calidad y armonía impropios de su fisonomía. Llegó a la isla en invierno, con la intención de hacerse con un hueco en el once. En sus primeros seis meses, marcó seis goles y repartió una asistencia, además de abrir el camino de la remontada ante el Deportivo.
Tras el ascenso, el Mallorca apostó por su continuidad, adquiriéndolo en propiedad y junto a sus compañeros el ariete balear ha evolucionado positivamente desde su llegada a la isla. Budimir se ha erigido como el máximo exponente ofensivo del conjunto que dirige Vicente Moreno. Tres goles lleva va en su cuenta particular y con miras de llenar aún más el saco.
Pero el trabajo del croata no se limita a marcar goles, sino que su ratio de actuación es mucho mayor que el de un delantero convencional. Incansable en el esfuerzo, el »22» mallorquinista genera situaciones de superioridad, saca de provecho en situaciones individuales y es capaz de aportar en tareas defensivas.
En este inicio de temporada, se le ha visto un poco errático de cara a gol, fallando claras ocasiones ante Valencia o Eibar. Sin embargo, los tres goles que lleva le afianza como máximo goleador del conjunto bermellón. A pesar de estos goles, Ante Budimir siempre rinde mejor acompañado. El croata se siente más liberado cuando no tiene que bregar él solo contra los centrales. Con un compañero en la punta de ataque, al croata se le ve más cerca de la portería rival y coge protagonismo en la finalización.
A la espera de la llegada del Cucho a mediados de Noviembre, el cisne de Zenica deberá bregar solo ante los guardianes rivales. Con el colombiano se verá un Budimir mucho más finalizador y con mas opciones de remate, por ahora tendrá que seguir con el rol de luchador, que tampoco ha adoptado de mala manera.