La preocupación dentro del Sporting y del sportinguismo con la lesión de Manu García es real y palpable. La acción, fea y descarada de Son trajo consigo la lesión de su jugador franquicia. Una acción antideportiva con la intención de golpear al jugador y nunca de ir al balón y que Díaz de Mera dejó sin castigar ha hecho encender las alarmas en el club. Al mal juego del equipo, el cual eludió para ganar a la Ponferradina el sábado, se une que su mejor jugador puede perderse varios partidos. A falta de un diagnóstico preciso, los tiempos de baja son mera especulación.
Pero el tiempo en el dique seco puede ir desde la tres o cuatro semanas hasta los tres meses. La clave es si la luxación acromio-clavicular que sufre requiere de pasar por el quirófano. De ser así, lo cual sería una lesión grave y muy similar a la que sufrió Diego Mariño la pasada campaña en Mallorca. En aquel caso la recuperación total fue de casi tres meses. Pero es cierto que su condición de portero también influyó en los plazos de regreso. Pero si el ovetense tiene que operarse, su vuelta a los terrenos de juego no sería nunca antes de la segunda quincena del mes de febrero.
En el caso de que Manu García logre eludir el quirófano su plazo de recuperación se reduce considerablemente. Ahí todo dependería del grado de la luxación y el plazo de recuperación iría desde unas 3-4 semanas como mínimo a unas 6-8 semanas como máximo. Esto haría que en el caso más optimista Manu García pudiese volver para el primer partido de 2020. Ese será el que disputará el Sporting en La Romareda el viernes 3 de enero. No obstante, ese encuentro podría ser incluso hasta muy apurado.
De no llegar para ese compromiso, el siguiente sería bien el fin de semana con la segunda ronda de Copa del Rey (si se elimina al Zamora en la primera) o el martes 14 de enero frente al Elche en El Molinón. Todo dependerá de las próximas horas y el diagnóstico final de la lesión que realicen los servicios médicos del club.