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El 2019 del Córdoba CF: un año para renacer

Once del Córdoba tras saltar al Arcángel

Desgranar este último año de la entidad blanquiverde puede no ser fácil. Dificultades administrativas y deportivas han marcado un año para el olvido de una afición que lleva soportando durante años más penurias que alegrías. Habrá que ir paso a paso por lo que ha sido este 2019 para ver si finalmente el Córdoba puede empezar a dar pasos en el buen camino.

Salvación frustrada

El ejemplo que había dado el año 2018 hacía pensar a algunas personas que lo que estaba ocurriendo durante la nueva temporada podía pasar de nuevo. El Córdoba se situaba en puestos de descenso y Curro Torres intentaba hacer sobrevivir a un equipo que no daba más de sí por la pobre plantilla que había planteado Jesús León para él. La situación llegaría hasta el punto de tener que abandonar el club por los resultados y tirar de alguien de la casa, Rafael Navarro.

La situación no es que mejorara precisamente con el técnico cordobés al mando. De los 15 encuentros en los que estuvo al frente, el Córdoba solo ganó tres encuentros y uno de ellos fue un regalo ya que el Reus estaba ya descendido administrativamente. La situación era crítica en la ciudad y muchos ya pedían la dimisión del máximo dirigente del club cordobesista, quien prometía a la ciudad que para la temporada siguiente habría un cambio de rumbo y una gran inversión para revertir este descenso tan catastrófico. Doce temporadas después, el Córdoba volvía a Segunda B, una categoría en la que es fácil caer pero de las que muchos tardan en volver muchos años, si es que lo consiguen.

Una reconstrucción que ilusionó

La nueva plantilla en la ofrenda foral a San Rafael | Imagen: Córdoba CF

En verano tardaron poco en llegar las nuevas caras en la dirección deportiva. Alfonso Serrano sustituía a un desgastado Rafa Berges, pero no llegaría solo ya que se tardaría poco en fichar también a Jorge Rodríguez de Cózar para la secretaría técnica. Llegaban dos expertos en la materia, uno como director deportivo y otro con un gran conocimiento de la categoría de bronce para reconstruir por completo una plantilla que necesitaba renovarse.

La primera cara nueva sería en el banquillo. Un gran veterano de guerra como Enrique Martín aterrizaba en un Córdoba del que se había enamorado años atrás. El técnico llegaba de los primeros para tener en cuenta su opinión de cara a la plantilla que se quería confeccionar con un sistema más defensivo del que partir para una categoría que se veía venir bastante dura.

La portería y la defensa sufrirían los cambios drásticamente. Isaac Becerra llegaba para hacerse con el puesto de portero titular, junto a un Edu Frías que intentaría ponérselo difícil para mantener una rivalidad fuerte por el puesto. La defensa, por el contrario, mantendría dos jugadores de la temporada anterior, Chus Herrero y Fernández. A ellos se sumarían las nuevas caras con seis centrales nuevos: Djetei, Fernando Román, Víctor Ruíz, Fidel Escobar, Ángel Moreno y Xavi Molina. Se anticipaba una defensa de tres centrales, pero las bandas necesitaban también alguna cara nueva y llegarían el veterano Raúl Cámara, para asumir puesto en cualquiera de las bandas, y Jesús Álvaro, un zurdo experimentado.

El centro del campo traería la vuelta de un jugador que iba a ilusionar a todo el cordobesismo. Javi Flores volvía tras sus años en el Elche, quien le dejó salir gratis, para intentar llevar de vuelta a su Córdoba a Segunda División. Junto a él, llegaban al centro del campo Imanol García y un antiguo cordobesista, José Antonio González. Sin mencionar el caso extraño de Luis Garrido, quien llegaba al Córdoba para no tener ficha, llegarían al primer equipo asumiendo mayor importancia: Zelu, Sebas Moyano y Antonio Moyano. Por último, quedaba una renovación que querían muchos equipos pero que finalmente se quedaría en el equipo, Miguel de las Cuevas.

Finalmente quedaba la delantera. Juanto Ortuño llegaba para intentar asumir el puesto de líder goleador pero se encontraría con la difícil tarea de superar a otros dos nuevos integrantes. Owusu y Novaes serían la sorpresa que guardaría el mercado veraniego para el equipo, como así lo demostrarían en los siguientes meses.

Dos entrenadores con distintos métodos

Enrique Martín durante su último partido con el Córdoba | Imagen: Córdoba CF

Enrique Martín había llegado con la intención de formar una defensa dura viendo los problemas defensivos que había tenido el equipo los últimos años. El Córdoba debía comenzar desde la defensa y así lo haría el técnico navarro. El problema estaba en que al equipo le costaba demasiado llegar al área rival después, echando demasiado peso en uno o dos jugadores concretos, mientras el resto se volcaba en que no hubiera errores atrás.

Los resultados no serían malos, ya que las derrotas serían escasas, pero el equipo no se metía por completo en los puestos de playofff. A la presión por esto, se sumarían los problemas administrativos que veía venir Enrique Martín, por lo que acordaría su salida del club antes de que llegaran tiempos más difíciles. Era aquí donde la nueva dirección deportiva tendría que volver a moverse y sería para traer a alguien de confianza de Alfonso Serrano.

Raúl Agné desembarcarba en el Córdoba a finales de octubre y preparaba a conciencia su primera tarea: reactivas al equipo. Los blanquiverdes aún no habían conseguido ganar fuera de casa y eso era fundamental si se quería acceder a los puestos más altos. Tras el duro empate ante el UCAM, las victorias fuera llegarían en forma de pareja gracias a un gol solitario frente al Don Benito y al Linense. El juego más atrevido del técnico maño había surtido sus efectos, aunque despidiera el año con la única derrota de la temporada en casa.

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