La explicación a la decepcionante temporada del Real Oviedo no es algo que pueda achacarse a un solo motivo. A una mala planificación, corregida severamente en enero, unido a un juego errático y con problemas en el banquillo que han motivado dos ceses. Esas dos quizá sean, para la mayoría, las más graves e influyentes. Pero a ellas, además de que el cuadro carbayón no ha salido especialmente, beneficiado de ciertas decisiones arbitrales, hay que añadir un grave problema de puntería.
Y es que el Real Oviedo lleva 10 disparos a la madera. No es un número elevado y ni siquiera está entre los equipos que más se estrellan con la madera. Son séptimos y a once postes del Rayo, líder con 21 y también lejos de por ejemplo, Sporting (15) o Huesca (14).
Pero lo cierto es que hay que ver cuando han sido esos disparos y en qué momento. Casi todos ellos, siete , han llegado en partidos que acabaron en igualada o derrotas por la mínima. Son casos como los encuentros frente al Lugo, Numancia, Extremadura o Almería en el Carlos Tartiere; o Málaga y Mirandés a domicilio.
Con solo un poco más de puntería, lo cierto es que la situación azul sería muy diferente. Tanto que la pesadilla del descenso que, ahora mismo eludiría, sería solo eso; un mal sueño del que la fiel afición carbayona se despertaría aliviada.