De cara al futuro para la próxima temporada el Villarreal tiene más que perfilada su plantilla. Todos los componentes ahora mismo del equipo que dirige Javi Calleja tienen contrato, salvo tres excepciones y un cedido. Éste, Zambo Anguissa parece difícil continúe. Su rendimiento es satisfactorio para el club, pero su opción de compra elevada, sobre todo si no se clasifica para Europa. La decisión que tendrá que tomar el Villarreal pasa por los otros jugadores: Barbosa, pero, sobre todo, Bruno y Cazorla.
El argentino es el tercer portero del plantel y su continuidad se da por descartada. El dilema que se le presenta al club groguet es que hacer en los casos de Bruno Soriano y Santi Cazorla, dos de los emblemas más representativos del club en la época moderna. Ambos, con 35 años, viven distintas situaciones. En el caso del asturiano ha demostrado que a pesar de la edad, su rendimiento es alto. No en vano en las últimas dos campañas ha disputado 75 partidos, logrando 19 goles y dando 18 asistencias. Por ello su continuidad sería mucho más lógica.
Distinta situación vive Bruno Soriano. El capitán no juega un partido oficial por sus lesiones desde mayo de 2017. En este tramo final de temporada se esperaba su reaparición, pero la crisis sanitaria lo ha paralizado todo. 417 partidos como jugador groguet le contemplan. El jugador ha dicho que quiere volver a jugar, que tras el calvario de lesiones no quiere retirarse aún. Es ahí donde el Villarreal tiene una deuda con el pasado. Si seguir contando con él aunque sea en un rol más secundario o prescindir de él. En este caso tocará darle una despedida acorde a las circunstancias en la que el club no puede fallar. Bruno bien se lo merece.