Hace días saltaba la noticia de que la final de la Champions League, si se celebraba sin público en las gradas, tenía muchas posibilidades de no celebrarse en Estambul. Entonces salió el nombre de la ciudad de Lisboa, por sus dos estadios (Da Luz y José Alvalade) para acoger una fase final de la Champions que pudiese ser distinta a lo habitual, siendo así en una especie de formato exprés.
La UEFA ni confirmó ni desmintió en los días posteriores, pero es algo que está encima de la mesa y que ha hecho Madrid (como también la alemana Frankfurt) se hayan lanzado a intentar acoger la final como ya hizo en 2019. Esa posibilidad se discutirá en el próximo Comité Ejecutivo de la UEFA que se celebrará el día 17. Ahí es donde se marcará toda la hoja de ruta de las competiciones continentales, incluido el formato de competición de lo que resta por jugarse y la sede de la final.
En esa lucha el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida no está solo. El presidente de LaLiga , Javier Tebas, es su aliado en este frente común para traer esa final a Madrid. Más concretamente sería repetir en el Wanda Metropolitano. Para poder optar a ello, no obstante, primero debe descartarse definitivamente la opción de Estambul como sede. Algo que la ciudad turca intenta evitar logrando formas de financiación extra para compensar el vacío, o en su defecto, la imposibilidad de llenar las gradas del Estadio Olímpico Ataturk.
Ambos quieren unir a la RFEF en esta carrera
Ambos quieren contar con el respaldo de la RFEF. De hecho, es el organismo que preside Luis Rubiales y que está a punto de iniciar un proceso electoral, el que más fuerza puede hacer en ese Comité Ejecutivo. No hay que olvidar que el canario es, además, vicepresidente de UEFA. Por ahora no se han posicionado y es probable que no lo haga públicamente la menos hasta que ese Comité Ejecutivo se acerque o inicie.