La mayoría reconocen su labor, los fanáticos vitorean cada una de las decisiones que toma y, los menos, lo critican independientemente de lo que haga. Diego Pablo Simeone es, desde su llegada al banquillo rojiblanco, el alma del Atlético de Madrid. Solo Luis Aragonés puede soportar la comparación con el argentino como figura más emblemática de la historia del club colchonero.
La avenida de Arcentales sustituyó, hace casi tres años, al paseo de los Melancólicos como arteria principal por la que discurre la sangre atlética cada quince días. Sin embargo, los comentarios entre los aficionados, antes y después de cada partido, siguen siendo los mismos. A pesar de la existencia de diferentes tonos dentro del espectro “cholista”, ninguno de ellos cuestiona la capacidad del porteño para aprovechar al máximo las cualidades de cada uno de sus futbolistas.
Ejemplos del frío que hace fuera del vestuario del Metropolitano no faltan. Símbolos recientes como Godín, Arda, Filipe o, los ahora menospreciados Antoine y Lucas, no han rendido de la misma manera lejos del amparo de Simeone. Con la misma filosofía de trabajo en la cual el grupo predomina sobre lo individual, al suroeste de la capital sobresale la imagen de Fran Fernández.
El técnico almeriense comparte con su homólogo argentino algunas características de juego como el bloque bajo defensivo, la salida por banda para evitar pérdidas en posiciones centradas o el gusto por el contragolpe, entre muchas otras. Además, cuenta con esa habilidad para exprimir al máximo a cada miembro de su plantilla.
Bajo sus órdenes, veteranos ilustres en la categoría de plata del fútbol español parecen rememorar épocas pasadas de mayor esplendor. Los Laure, Dani Jiménez, David Fernández, Bellvís, Dorca o Sandaza se empeñan en demostrar, semana tras semana, que una buena preparación es más importante, para jugar al fútbol, que la fecha de nacimiento del carné de identidad.
Otros jugadores más jóvenes como Óscar Arribas, Luis Perea, Álex Mula, Elgezabal o Richard Boateng vuelven a sentirse importantes en la LaLiga SmartBank de la mano del cuadro alfarero. Mención aparte merecen los Ernesto Gómez, Stoichkov o Diéguez que, si nada se tuerce por el camino, están llamados a disputar LaLiga Santander. Si lo podrán hacer de amarillo, como locales y en Santo Domingo lo sabremos las próximas semanas.
En definitiva, constancia y esfuerzo colectivo es lo que ha llevado a la AD Alcorcón a conseguir el récord de mayor número de partidos consecutivos sin perder como visitante en la historia de Segunda División. Y, aunque el concepto equipo es el protagonista de su decálogo, Fran Fernández ha sido pieza fundamental para lograr semejante hazaña.