El Liverpool ya es ganador de la Premier tras la victoria del Chelsea contra el Manchester City el pasado jueves 25 de junio. Hasta aquí todo bien. La euforia de la celebración de los de Jürgen Klopp estaba más que justificada. Con el título asegurado, en el partido de la jornada siguiente entre Liverpool y City se sabía que el nivel de los vigentes campeones de Europa iba a ser mucho menor al mostrado durante el resto de temporada.
Aún así, la derrota 4-0 del conjunto de Guardiola tiene un significado más importante que una simple venganza. Los citizens dieron una lección de fútbol magistral. Es verdad que tenían mucho más que ganar y mucho más que perder, pero la imagen dada por unos y por otros nos deja entrever que el fútbol en Inglaterra va a seguir estando disputado. El Manchester mostró una solidez defensiva por encima del nivel al que nos ha acostumbrado. De ahí que las llegadas del Liverpool quedasen en nada. Además, con Kevin De Bruyne, Sterling y Foden enchufados, el resultado abultado no sorprende demasiado.
De hecho, el Liverpool debe ser consciente de lo que tiene en su mano. Está a tan sólo 15 puntos de superar ese récord de 100 puntos impuesto por el fútbol de Pep en la temporada 17/18. Parece un simple récord, pero es la temporada idónea para conseguirlo, y de esta manera demostrar que, en efecto, han superado al City de Pep.
Los partidos que les quedan a los ‘reds’ no son precisamente sencillos: el Aston Villa luchando por la permanencia, el Arsenal que podría soñar con una plaza en Europa, y sobre todo el Chelsea. El conjunto de Lampard visitará Anfield el 18 de julio con ganas de aguarle la fiesta a Klopp y probablemente con la necesidad de asentar su plaza de Champions o incluso optando al podio. Y es que el Liverpool, de estos 6 partidos, sólo podría permitirse perder uno. Dicho de otra manera, tiene que ganar 5. Si la actitud actual se mantiene lo van a tener complicado, en especial en sus partidos fuera de casa, que no están siendo precisamente su punto fuerte en este tramo final de la temporada.
El Liverpool tiene potencial de sobra, y sólo le falta una cosa: la garra y la mentalidad ganadora que esta campaña les ha llevado a ser el equipo que ha necesitado menos jornadas para ganar la Premier en la historia de la competición.