Parece una absoluta evidencia que Raúl de Tomás (Madrid, 17 de octubre de 1994) no va a jugar en Segunda División el curso que viene. El madrileño tiene contrato hasta 2025 con el cuadro perico, que pagó 20 millones por él en enero y una cláusula de 60 millones que no se altera con el descenso (como tampoco su salario millonario). Aunque el cuadro blanquiazul podría el primer año asegurarse su salario en la categoría de plata parece difícil el jugador acepte bajar una categoría si tiene propuestas de categoría superior, algo que se da por hecho.
En firme no hay ninguna, pero equipos que le siguen, muchos. Uno de ellos, tal y como adelante La Colina de Nervión, es el Sevilla. Monchi y Lopetegui están bastante disgustados con los números de sus delanteros. Entre Luuk de Jong, Munir El Haddadi y Youssef En-Nesyri suman 20 goles (13 en liga)., cifras muy alejadas de lo esperado. Mismamente Ocampos, con 14 goles, es el máximo goleador del equipo y quien ha sostenido muchas veces -más que sus delanteros- al Sevilla en ataque.
Aun así, el Sevilla no se plantea una fuerte inversión en la delantera. Solo en caso de una salida (Munir y De Jong se ha especulado podrían tener ofertas) Monchi iría a por un delantero y ahí es donde entraría Raúl de Tomás y que el Sevilla pudiese ofertar por él, ya que las condiciones de la posible operación podrían ser económicamente mucho más favorables que las de otro pretendido como es Mariano Díaz.
El Valencia, competencia por sus servicios
Eso sí, el Sevilla no será el único equipo de LaLiga interesado en él. Desde hace tiempo el Valencia también se ha interesado en jugadores del cuadro blanquiazul como Darder o el propio De Tomás. El mayor problema que tiene el cuadro ché y que le da ventaja al Sevilla si la crisis valencianista se agrava. En caso de que el cuadro ché se quede fuera de las competiciones continentales, su fichaje sería poco menos que inviable. No ya en términos económicos que probablemente influirían; sino deportivos, ya que el hecho de jugar competición continental es un factor que gusta a todo futbolista.