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Kubo: Ha nacido una estrella

Take Kubo en su anterior etapa en el RCD MAllorca

Take Kubo en su anterior etapa en el RCD MAllorca

Cuando el tiempo no acompaña, siempre hay alguna manera de la que evadirse de la tormenta. En un Mallorca donde los resultados no han llegado en todo el año, un pequeño nipón se ha erigido como el líder de un grupo de muchachos, que a pesar de todo lo malo, no le pierden la cara a una categoría que les ha costado sangre y sudor conseguir.

Vicente Moreno, tiene en Kubo a un valor estratosférico para lograr la permanencia. El pequeño jugador, con el 26 en la espalda, tiene en sus botas el fútbol suficiente para guiar a su equipo para salvar una categoría que hace una semana estaba casi perdida.

A falta de cuatro partidos para la finalización de un campeonato complicado, Kubo ha conseguido ser el faro ofensivo del Mallorca y se ha notado la madurez de un futbolista imberbe y que no llega a las dos décadas de vida. Su desparpajo y calidad le han elevado al nivel de estrella y eso ha desencadenado en unas consecuencias sobre el terreno de juego. Los rivales saben de lo que es capaz el japonés y que si le neutralizan al Mallorca se le apaga su principal foco ofensivo.

Sus números

Take Kubo no solo se ha destacado por generar fútbol. El joven futbolista del país del Oriente medio ha sido capaz de poner su grano de arena en las estadísticas ofensivas. Tres goles, sumamente importantes y cuatro asistencias. En el apartado más generoso del fútbol es el futbolista con mejores números del conjunto balear. Con los goles, el japonés ha sabido escoger el momento y el rival. Ante el Villarreal sentenció el partido, ante el Betis, rescató un punto valiosísimo y en Ipurúa puso el 0-2, que a la postre fue definitivo.

Tras el parón, ante el Celta repartió dos asistencias en la mayor goleada del conjunto mallorquinista, consiguiendo así una nueva vida a la que aferrarse.

En definitiva, con Takefusa ha nacido una estrella que ha madurado de la mando de Vicente Moreno y el de Massanassa se ecomienda a la magia que guardan sus botas para apurar sus opciones de permanencia. El japonés quiere protagonismo y no se esconderá. Quiere presión y la aceptará.

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