Se acabó la temporada en el Principado. Oviedo y Sporting seguirán un año más en la categoría de plata del fútbol español. Los de Ziganda certificaron ante el Racing la permanencia en un encuentro donde pasó lo que tenía que pasar. No fue brillante, pero el equipo hizo lo que debía: ganar. Un tanto de Obeng selló de forma definitiva una salvación que en muchos momentos de la campaña se vio bastante lejos. En la última jornada, los oviedistas cayeron por la mínima en el Martínez Valero ante un Elche que, por ahora, jugará el play-off.
Los de Djukic también deben conformarse con la permanencia, ya que la derrota ante el Extremadura les dejó sin opciones de aspirar a algo más. El cuadro rojiblanco dijo adiós a las mínimas opciones de playoff tras un encuentro desastroso donde los extremeños pasaron por encima de un equipo que apenas propuso algo. Y para despedir la temporada en casa, el equipo asturiano dejó una nueva derrota en casa ante el Huesca, que se proclamó campeón de Liga en el adiós de Djukic.
Un nuevo fracaso que sirve como advertencia
- Un final tan triste como esperado: Los dos últimos partidos del Sporting fueron algo literalmente dantesco. El culmen perfecto a una temporada plagada de improperios en todos los escalafones del club. Es el fiel reflejo de la imagen patética, fría y de importarles a todos un rábano el escudo y la camiseta que defendían. Se podía perder en Extremadura y claro frente al Huesca, pero la imagen de pasar de todo es algo que no debe permitirse. Incluso algún canterano que debería tener algo más de orgullo se dejó contagiar en estos dos encuentros por ello. Inaceptable.
- Sin gol, el objetivo nunca puede ser subir: Hace muchas semanas que se habla de la teoría de la manta corta. El Sporting, defensivamente, ha funcionado muy bien. A pesar de que el rendimiento de algunos jugadores en la parcela defensiva no ha sido tan bueno, colectivamente todo se ha minimizado. Eso es un pilar para conseguir objetivos, pero sin gol en el área contraria no hay nada que hacer. Djukic, en su última rueda de prensa, también cargó contra esa falta de gol. Nunca lo había hecho el serbio, pero con todo terminado cayó en la obviedad del mayor lastre para el cuadro gijonés esta temporada.
- Tomen nota del nuevo fracaso: En esta etapa actual del cuadro gijonés en la categoría de plata suman ya tres años. El primero se fue cuarto y no se ascendió tras un ridículo final de campaña. El siguiente, por el anterior, se acabó noveno y en éste, decimotercero igualando su peor clasificación en la historia. El equipo cae en la tabla, en sensaciones, en juego, en todo. Se acerca más a la Segunda ‘B’ que a su objetivo de volver a Primera División. Tomen nota señores de la planta noble, porque cualquier año puede que no se reaccione a tiempo.
- La afición debería tener memoria: El proyecto de este año, con Miguel Torrecilla a la cabeza, ha sido un fracaso. No hay ninguna duda de ello cuando la clasificación te ha situado más. Pero la afición debe recordar que en agosto y septiembre todo el mundo estaba encantado de haberse conocido con el proyecto de este curso. Cierto que el principal pilar, el entrenador nunca funcionó. José Alberto López fue una decepción y Djukic corrigió ciertos aspectos, pero no le llegó para poder llevar al equipo a play-off a pesar de que la igualdad y una bajada de nivel en la categoría le dio opciones sobradas.
- Llega David Gallego: Por ello mismo Djukic abandona el equipo a pesar de que en su estancia el equipo fue mejor que antes. La decisión llevaba tomada de forma definitiva hace dos o tres semanas, pero hasta que no hubo opciones reales de jugar la promoción no se ejecutó. Se ha decidido un cambio de entrenador y de estilo. Para eso llegará David Gallego, el catalán, con poco bagaje como profesional llegará tras ser cesado en la convulsa temporada del Espanyol. Javi Rico se juega en él todo su crédito a la carta de un equipo de cantera, ofensivo, vertical e intenso; los tres pilares que siempre han gustado en la parroquia rojiblanca.
Fin a una temporada complicada
- El Obeng delantero centro. El canterano carbayón volvió a actuar en la punta de ataque e hizo un nuevo gol. Este, quizás, el más buscado y esperado por todos los oviedistas, ansiosos de lograr la permanencia. Fue un balón en largo que la zaga del Racing no acertó a despejar. Atento al error, Obeng dejó botar el balón, vio que el portero salía para achicar espacios y colocó el esférico por encima del meta con una vaselina que vale una salvación. No pasó nada más, pero eso fue lo necesario para cumplir. Un Obeng que anotaba su tercer tanto en lo que va de temporada, el segundo en los dos últimos encuentros tras ver puerta también en Zaragoza. El atacante sigue demostrando que donde está cómodo es como delantero centro, no en la banda.
- Salvación y pensar en el futuro. Fue una temporada muy dura. El descenso se vio demasiado cerca y el ambiente, en muchos momentos de la campaña, no fue ni mucho menos agradable. Muchos cambios, en el banquillo y en las oficinas. Y por fin, en la penúltima jornada, el equipo se salvó. Ahora ya se puede mirar hacia el futuro, no sin antes respirar unos días tras haber logrado salvarse. Como bien dicen muchos, no es momento de celebraciones. Dentro del Oviedo, los máximos responsables ya se encuentran analizando las causas de la mala temporada y estudiando una mejor planificación de cara a el curso que viene.
- Gracias Ziganda. Llegó con el equipo muy tocado. Se presentó en El Requexón a dos días de una final que el equipo acabaría perdiendo, y a partir de ahí todo cambió. El entrenador carbayón quitó públicamente presión a los jugadores. Lo hacía en cada comparecencia. Las victorias comenzaron a caer. Dos justo antes del parón por la pandemia, lo que permitió al Oviedo salir del descenso. Tras la vuelta del nuevo fútbol, el cuadro asturiano ha vivido en una continua montaña rusa por la permanencia. Ziganda jamás dudó. Tenía claro cómo había que actuar para lograr el objetivo. Porterías a cero, que pase poco y acertar arriba. Las claves para armar un conjunto sólido que desde su llegada es el líder de la categoría. Salvación conseguida y renovación más que merecida.
- Despedida amarga. El Real Oviedo cerró la temporada con una derrota en el Martínez Valero en un encuentro donde no se jugaba nada. Y menos mal, viendo lo ocurrido en la previa de la jornada. Los azules cayeron víctimas de dos jugadas aisladas y su falta de claridad en los metros finales. El Elche se adelantó con un tanto que llegó tras una excesiva relajación de la zaga azul. Los de Ziganda respondieron, y en su primera acción en ataque igualaron el choque con un tanto de Lolo. En la segunda mitad, el equipo asturiano tuvo varias opciones para adelantarse, pero fue el cuadro ilicitano, en un contragolpe, quien cerró el encuentro. El Oviedo ya piensa en la planificación del próximo año.
- El Elche, ante un futuro incierto. El triunfo dejó al equipo de Pacheta en la sexta posición. Un puesto que garantiza la disputa del play-off de ascenso a Primera División, aunque este deberá esperar. El Fuenlabrada anunció dos horas antes de su encuentro ante el Deportivo varios contagios por coronavirus entre los miembros de su plantilla. LaLiga y la RFEF decidieron disputar todos los partidos menos ese, cuya fecha se ha fijado para el próximo 30 de julio. Es decir, el Elche debe preparar durante 10 días una promoción que podría no disputar. Al Fuenlabrada, por cierto, le valdría el empate para ser sexto.