No es, desde luego, el inicio soñado del CD Leganés en este arranque de competición. Con solo 6 puntos de 15 disputados, habiendo sufrido tres derrotas y transmitiendo algunas sensaciones que de verdad se antojan preocupantes, la preocupación se instala en Butarque. Si el paso previo a un confinamiento por COVID-19 es la alerta naranja, podemos decir que el equipo de Martí acaba de llegar a ese rango de advertencia.
El final de este mes de octubre, con cinco partidos apretados en apenas 15 días por necesidades del calendario, serán la prueba del algodón de este proyecto. Los de Martí visitarán Logroño este fin de semana, para después tener un doble compromiso en casa; Real Zaragoza y Real Oviedo pondrán a prueba la solidez de Butarque que ya quebrantó el Girona. Por último visitarán al Sabadell, otro recién ascendido que no ha comenzado bien y recibirán a un combativo y correoso Mirandés.
Cinco encuentros hasta alcanzar la décima jornada que pondrán a prueba a esta plantilla y cuerpo técnico que encabeza Martí. El balear fue el elegido para liderar este proyecto por su buen hacer en otros sitios y por su conocimiento de la categoría. Hasta ahora el balear no ha dado con la tecla de un equipo que ha demostrado se rompe por el medio. El 4-4-2 por el que se quiere apostar hace que el equipo se parta y parezca un 4-2-4.
Para esto el técnico del Leganés ha anunciado cambios. Probablemente esos estén en un cambio de dibujo y la variante más probable es el paso a un 4-2-3-1 que refuerce más la zona central. Eso implicará que de los cinco delanteros que tiene el equipo, varios se verán perjudicados. Pero la búsqueda de soluciones para solucionar este déficit inicial obliga a ello.