El arranque de temporada del CD Castellón está siendo de lo más propicio. Por sus propios méritos, el cuadro de Óscar Cano es el mejor de los recién ascendidos tras cuatro jornadas. Suma ocho puntos merced a dos victorias, dos empates y una derrota. Ésta, además, en un encuentro donde no mereció tal castigo, aunque sirvió como buena advertencia al equipo de lo que supone competir en esta categoría.
Y los pupilos de Óscar Cano se aplicaron bien en posteriores jornadas. El empate en Logroño supo mal por como llegó el empate del rival y por el partido que se había hecho. Un nuevo toque de atención, menos severo eso sí, que el encuentro frente al Málaga. Después llegó el momento de enfrentarse al primer transatlántico de la categoría y resolver el encuentro de forma notable y sabiendo sufrir; algo esto último que también se supo hacer en el Fernando Torres de Fuenlabrada para llevarse un punto.
Pero este prometedor inicio no debe cambiar ni un ápice la mentalidad y objetivo del cuadro orellut. Aunque la capacidad competitiva del bloque castellonense está demostrando ser alta, el principal objetivo sigue siendo el lograr cuanto antes esa barrera de los 50 puntos (52 por si acaso se repiten circunstancias como las del pasado curso) y cimentar la permanencia. Ya habrá tiempo para correr una vez se vuelva a aprender a caminar en el fútbol profesional.