Es más que probable que muy pocos pensasen que, tal y como estaba el Elche escasas horas de arrancar LaLiga Santander frente a la Real Sociedad, pudiese estar como está a día de hoy. Cierto que el bagaje de puntos, 7 de 18 posibles, no es nada del otro mundo. Pero no hay que olvidar que el equipo arrancaba la liga con medio equipo por hacer y con mucho por trabajar.
Jorge Almirón ahora ya puede trabajar con todo el grupo y ha construido, por ahora, un buen Elche. Solidario, agresivo y que enseña las uñas como pocos equipos. Esto le ha valido para sumar 7 puntos, todos ellos además frente a teóricos rivales directos como son Eibar, Huesca y Alavés. Frente a éste último se logró ayer una victoria solvente. De las que sirven de aviso a los equipos para que tomen nota de que este Elche quiere quedarse en Primera y que no está de mero paseo por la máxima categoría tras lograr un ascenso en el que pocos creían.
Tete, la gran revelación
Porque este Elche se parece poco al del año pasado, aunque alguna seña de identidad si conserva. La garra y la intensidad se siguen notando a pesar de que ya no esté Pacheta al frente del equipo. Pero las 14 incorporaciones están demostrando, las que han tenido ya una participación razonable para una pequeña evaluación, ser muy buenas. Sobre todo destaca una: la del linense Tete Morente.
Su fichaje, al tratarse un extremo, posición con ya varios efectivos y en la que había llegado Lucumi, parecía insuficiente. Sin embargo el gaditano, con un rol más jugando incluso por dentro, se está destapando como una de las mejores incorporaciones en este primer tramo liguero. Almirón exprime a su plantilla, aún por conjuntar y ésta responde. Unos mimbres que, al menos por ahora, superan las expectativas y permiten soñar.