No se puede decir que la actual situación deportiva y resultados del Real Oviedo no preocupe entre los responsables de su gestión. La preocupación por el hecho de llevar solamente siete puntos en nuevo encuentros disputados es notoria. Pero en el club ven razones para la confianza en el equipo actual. Eso incluye una confianza aún más que notable en el trabajo de José Ángel Ziganda. Nadie se plantea un cese y tampoco parece vaya a suceder en caso de que llegue un nuevo resultado adverso el próximo sábado frente a la UD las Palmas.
En el club carbayón no consideran esta situación tan preocupante como fue el arranque de la pasada temporada. Entonces Sergio Egea fue cesado tras cinco jornadas con solo un punto sumado en esos cinco encuentros. Con el técnico navarro hay una confianza mayor debido a que el equipo transmite sensaciones positivas en muchas facetas del juego; aunque nadie oculta su preocupación por las carencias ofensivas que está mostrando el equipo. Además Ziganda cuenta con el aval del curso pasado. Cuando en el tramo de partidos que dirigió logró que ningún equipo sumase más puntos que su Real Oviedo.
No obstante la actualidad manda y nadie oculta que la derrota frente a la UD Logroñés ha sido muy dura en el Real Oviedo. Pero más que desánimo, lo que se siente en el club es indignación por el arbitraje de Galech Apezteguía y de Ávalos Barrera en la sala VOR. El propio Ziganda acabó expulsado por el desquicie general provocado por las decisiones arbitrales, muy protestadas. Desde el club se sienten muy agraviados en lo que va de temporada por los arbitrajes. Una situación que se considera es la que está frenando mucho la progresión del equipo y no el trabajo de un Ziganda cuyo puesto, al menos por ahora, no peligra.