Esta mañana la famila de los Celtics perdía a uno de sus miembros más ilustres, Tommy Heinshom. Un hombre ligado a la franquicia de Massachusetts en prácticamente todas las facetas posibles: jugador, entrenador e, incluso, comentarista televisivo durante los últimos 39 años.
Grande entre los mejores
Thomas William “Tom” Heinsohn (Jersey City, 1934), llegó a los Celtics en el Draft de 1957, en el que fue seleccionado en el 6º lugar, después de desarrollar una exitosa carrera universitaria en Holy Cross. Su acoplamiento al conjunto verde fue perfecto desde el principio, siendo Rookie del Año, All-Star y campeón de la NBA.
Tras aquel primer año, las siguientes temporadas no le fueron a la zaga, formando parte de la que ha sido la saga más dominadora del baloncesto profesional americano. Y es que sus 9 temporadas como jugador en activo coincidieron con los Celtics que ganarían 8 campeonatos en 9 campañas, 7 de ellos de manera consecutiva. Un vestuario que compartió con leyendas como Bob Cousy, Bill Russell, Sam Jones, John Havlicek, K.C Jones y Tom Sanders. Una colección de anillos digna de un museo. Por todo ello, siguiendo el mismo camino que sus compañeros, hacía su entrada en el Hall of Fame en 1986.
Líder desde el banquillo
Tras su retirada, en 1965, tan sólo iba a tardar 4 años en volver a pisar el mítico parquet del Boston Garden. Su desempeño en la banda, liderando a los Celtics de los 70’, trajo consigo dos nuevos títulos y su nombramiento como Entrenador del Año en 1973.
Después de conseguir mantener a los Celtics en la élite durante aquella convulsa década, en la que fueron capaces de repetir título, única franquicia además de los Knicks, daba su relevo a Tom Sanders. No obstante, a pesar de una carrera relativamente corta, las puertas del Hall of Fame se volvieron a abrir ante él en 2015, en esta ocasión reconociendo su labor como técnico, con lo que redondeaba su idilio con el baloncesto.
Salto a la televisión
El bueno de Tom no dilató demasiado su placentero y merecido retiro, dando el salto a la televisión en 1981. En la pequeña pantalla formaría un entrañable y duradero tándem con Mike Gorman. Su emotividad , que siempre transmitía ilusión por cada encuentro, así como su naturalidad en cada comentario, hicieron de Heinsohn un pareja perfectamente sincronizada con Gorman.
Sirva este pequeño homenaje para dar a conocer la figura de quien lo fue prácticamente todo en el mundo del baloncesto y, sin duda, ha pasado a la historia de los Boston Celtics con letras doradas.