El Espanyol está en una grave crisis, la mayor desde el descenso, de resultados. Tres encuentros consecutivos sin ganar y solo una victoria en los últimos cinco es la situación más crítica a la que Vicente Moreno se enfrenta desde que llegó al club perico. Ha pasado de ser líder claro a estar a cinco puntos del Mallorca, pero empatado con el Almería que tiene un partido menos. Y el domingo se mide en el Visit Mallorca Estadi al equipo bermellón, donde si cae la distancia se irá a los ocho puntos.
Pero aunque eso ocurra la silla de Vicente Moreno no tiembla. La crisis es evidente y existe cierta preocupación en el club, conscientes de que no vale otra cosa que no sea el ascenso esta campaña. Pero esa preocupación no se ha tornado aún en el nerviosismo de buscar un relevo al frente del banquillo. La apuesta por Vicente Moreno fue muy ambiciosa; pagando incluso por su libertad al RCD Mallorca el pasado verano y firmándole tres años de contrato (aunque con ciertas cláusulas de escape que facilitarían a las dos partes una desvinculación sin mucho revuelo).
De esa forma pase lo que pase en Palma, Vicente Moreno seguirá en el banquillo. Es innegable, que de volver a caer derrotado, su situación podría empezar a ser mucho más delicada. Pero el técnico de Massanassa estará, en todo caso, en el banquillo frente al Sabadell el 20 de febrero. Aunque el como llegue a ese partido sí podría cambiar el guión de la historia.