El partido de este sábado, derbi catalán, entre el RCD Espanyol y el CE Sabadell será un partido de solera. Pero una solera rancia y añeja. Dos históricos, porque es lo que son, del fútbol español que esta temporada se han vuelto a encontrar tras 31 años sin hacerlo. Más de tres décadas en las que el fútbol ha cambiado una barbaridad. Tanto que la última vez que el Sabadell visitaba a los pericos lo hacía aún en el mítico Estadio de Sarriá.
Fue un 22 de octubre de 1989 en plena temporada 1989/1990. Una de las pocas que en su historia el club perico ha militado en Segunda División y en la que logró ascender al vencer a final de temporada en la extinta promoción de ascenso al CD Málaga que había quedado 17º en Primera División. Fue en esa temporada, en la que el Espanyol quedaría quinto, cuando recibió por última vez al Sabadell, que finalizó esa campaña séptimo y a solo dos puntos de los pericos.
Ese 22 de octubre, bajo el arbitraje del gaditano García Delgado, un doblete de Gabino y un tercer gol de José Aurelio Gay -actual entrenador del filial perico- dejaron visto para sentencia el encuentro. Ese día el Espanyol, entrenado por Benito Joanet formó con: N’Kono, Mendiondo, Lema, Albesa, Gay, Gabino, Zalazar, Iñaki, Luis Martín, Pineda y Maurizinho.
Su rival, los arlequinados del Sabadell, entrenados por Lluis Pujol, formaron con: Huguet, Endrino, Casajús, Aguado, Izquierdo, Raigón, Lino, Tente Sánchez (expulsado en el minuto 28), Villar, Emilio Pérez y Campozano. Éste, padre del ex-perico y actualmente jugador del Sporting, Víctor Campuzano.