Héctor Hernández (Valladolid, 23 de mayo de 1991) es lo que se llama habitualmente un currante y un trotamundos del fútbol. Alguien a quien el llamado deporte rey no le ha regalado nada. Siempre se ha mostrado como un tipo muy directo y que no se ha escondido. Ayer le tocó atender a los medios de comunicación, siendo el primer jugador que lo hace tras la debacle de Ferrol el pasado sábado y lo hizo como ha venido siendo; sin pelos en la lengua.
Al partido de A Malata como un ejemplo más de la fragilidad del equipo durante la temporada. “Afrontábamos el partido ante el Racing como un duelo importante, pero a día de hoy, un gol nos hace mucho daño psicológicamente. Con el 0-0 podía ser que se lo llevaran ellos o nosotros, pero estábamos cómodos. Pero un gol nos mina la moral.. y ya no de ahora. No hay capacidad de reacción y la remontada era imposible. Creo que el parón nos va a venir muy bien”, dijo.
Pero donde el vallisoletano tuvo un, por decirlo así, ataque de sinceridad fue cuando fue cuestionado por la temporada fallida y las expectativas. “El Deportivo vive en una dinámica de sí mismo que viene de años atrás. Pero eso no es excusa para nosotros. No lo estamos demostrando en el campo, que es donde hay que verlo, pero pongo la mano en el fuego por este equipo. No hay un ego, ni una mirada por encima del otro al compañero”, declaró antes de ser la voz de la verdad sobre lo que está ocurriendo en A Coruña y la soberbia que quizá se mostró en todos los estamentos meses atrás.
“Te llama el Dépor y todos pensábamos que era estar un año en Segunda ‘B’ y subir al lugar que se merece. Y lo pensábamos todos eh. Los medios; los jugadores; la afición; el club… Creíamos que se trataba de llegar frescos al playoff, que la primera fase la pasaríamos con la gorra… Pero nos dimos cuenta de que hay un rival cada domingo, que hay campos a los que no estás habituado, superficies que no son las más cómodas… Nos dimos cuenta tarde”.