El pasado mes de enero, con el cierre del mercado, el Athletic se ‘quitó de encima’ un problema dando salida hasta verano a Kenan Kodro. El delantero reclamaba jugar o que le dejaran salir. La situación parecía enquistada para el donostiarra -aunque de origen bosnio- que solo recibía propuestas del extranjero o de Segunda. Ahí apareció finalmente el Real Valladolid para permitirle jugar lo que restaba de temporada en Primera.
Pero en Zorrilla está viendo que su participación tampoco es notable. Solo ha intervenido en 10 partidos, solo dos de ellos como titular que vienen además motivados por las bajas en la delantera. Un total de 306 minutos, sin goles ni asistencias. Una participación que tampoco ayuda de cara a su vuelta a Bilbao en verano, donde le resta un año de contrato más, hasta 2022.
Su cesión es sin opción de compra y parece a día de hoy una quimera que negocien un traspaso. Marcelino también pareció dejar claro a su llegada no contar con él y no parece muy probable, a tenor de su poca participación y casi desapercibida en Valladolid que vaya a cambiar de idea. El Athletic se enfrenta a un problema. Su ficha es alta y el jugador no parece probable acepte renunciar a la totalidad de su año de contrato.
Todo apunta a una salida incentivada para que se busque otro club. Pero eso seguirá suponiendo un gasto económico para el Athletic que tendrá que encontrar la solución menos dolosa para sus arcas en lo que se puede considerar como una incorporación fallida cuando se acometió en 2019.