31 minutos jugados en 2 partidos a lo largo de toda la temporada. Ese es el bagaje de un Iñigo Vicente al que el Athletic le mantuvo este año en plantilla tras una exitosa cesión el curso pasado en el Mirandés. Gaizka Garitano contó muy poco con él -los mencionados 31 minutos en septiembre y octubre, desde que no juega un solo minuto-, pero el ostracismo al que le ha condenado Marcelino es algo digno de estudio porque otros jugadores de generaciones posteriores están gozando de esos minutos con el técnico asturiano.
Frente al Valladolid, como casi toda la temporada, estuvo en la grada. Morcillo y Sancet, jugadores con los que compartió minutos en el Bilbao Athletic tuvieron esos minutos. Incluso Nico Williams debutó por delante suyo en una posición en la que el de Derio ya sabe lo que es jugar. Cierto es que el técnico le avisó en enero. Que lo mejor para él era una salida. Iñigo Vicente quiso corroborar sus condiciones a un entrenador recién llegado, pero no ha habido forma.
Ahora, con contrato en junio de 2023, su futuro a corto plazo no pasa por San Mamés. En verano su salida es algo que se da por seguro con probable destino a Segunda o al extranjero. Una nueva cesión salvo que alguien se aventure a pagar un traspaso es lo más probable. Incluso que pueda irse libre, pero guardándose siempre el club zurigorri una puerta de retorno. Todas las vías están abiertas… para que Iñigo Vicente salga y demuestre, por segunda vez, su valía lejos de Bilbao.