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¿Quién decía que Fernando Alonso estaba viejo?

Fernando Alonso durante la clasificación del GP de Portugal. Foto: @AlpineF1Team

El Gran Premio de Portugal ha supuesto un punto de inflexión en el regreso de Fernando Alonso a la Fórmula 1. El piloto de Alpine firmó una remontada brillante para acabar en la octava posición en Portimão, confirmando que está de nuevo a su mejor nivel. Esta gran actuación permite al asturiano y a todos los ‘alonsistas’ soñar justo antes del Gran Premio de España.

Alonso demostró un gran ritmo a lo largo del fin de semana, con unas tandas largas muy consistentes y una enorme velocidad a una vuelta. Pero, sorprendentemente, esa velocidad que mostró el sábado por la mañana se esfumó de repente por la tarde. El doble campeón del mundo perdió más de un segundo en su vuelta de Q2, lo que le condenó a salir en la decimotercera posición, mientras Esteban Ocon conseguía el sexto mejor tiempo para la salida dominical.

El ritmo de carrera, la gran fortaleza de Alonso

Pero Alonso volvió a hacer valer la frase que le ha acompañado durante toda su carrera: “los puntos se ganan el domingo”. El español hizo buena la libertad estratégica que le permitió evitar el neumático blando y consiguió alargar su primera parada gracias al neumático medio. Esa parada tardía le permitió hacer una segunda mitad de carrera muy agresiva, en la que adelantó a Gasly (Alpha Tauri), Ricciardo (McLaren) y Sainz (Ferrari). En las últimas vueltas, Alonso tuvo el quinto mejor ritmo de carrera, solo por detrás de los Mercedes y los Red Bull.

‘Magic’ Alonso volvió a sacar la varita mágica

Los números hablan por sí solos. Es cierto que Alpine dio un enorme paso adelante en Portugal, pero Alonso brilló incluso por encima del rendimiento del monoplaza francés. El asturiano pudo compensar una primera parte de carrera con tráfico con un final de carrera brillante. A veinticinco vueltas del final, Alonso estaba a ocho segundos de su compañero de equipo, Esteban Ocon, y acabó cruzando la línea de meta a un segundo, aun teniendo que batallar en pista con Gasly, Ricciardo y Sainz. En este tramo final, Alonso sacó más de medio segundo por vuelta a su compañero, demostrando que, a pesar de acercarse a los cuarenta años, su velocidad sigue intacta.

Alpine asoma la cabeza

Si hay una noticia que destaca en este Gran Premio de Portugal es, sin duda, el resurgir de Alpine. Tras la buena temporada de Renault el año pasado, este 2021 estaba siendo muy duro para el equipo francés, que había sufrido mucho en las dos primeras carreras.

Las mejoras presentadas en Portugal han supuesto un paso de gigante que permite al equipo dirigido por Davide Brivio meterse en la pelea por el liderazgo de la zona media, pudiendo luchar de tú a tú con Ferrari y McLaren. Si esta evolución se mantiene y lo visto en Portimão no es un espejismo, el sueño de Alpine de pelear por algún podio esta temporada aún se mantiene vivo y, lo que es más importante, marca el camino para encarar el año 2022 con una buena dinámica.

Fernando Alonso en su Alpine durante los entrenamientos libres del GP de Portugal. Foto: @AlpineF1Team

Alonso, con más hambre que nunca

Fernando Alonso ha vuelto a demostrar que su ambición sigue intacta. A pesar de que algunos sectores de la afición y la prensa especulaban con que su rendimiento y su implicación no estaban al mismo nivel que hace unos años, el piloto asturiano ha vuelto a acallar las críticas. En estas tres carreras, Alonso ha demostrado que es más autocrítico, que está más implicado que nunca en un proyecto y, lo que es más importante, que tiene la misma velocidad que cuando dominó la Fórmula 1 en 2005 y 2006. Solo falta que Alpine contruya un coche ganador en 2022, porque las manos del bicampeón siguen haciendo la misma magia de siempre.

 

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