Icono del sitio Grada3.COM

Christian Rivera, más cerca de su deseo

Christian Rivera en un partido en temporadas anteriores con la UD Las Palmas

Christian Rivera en un partido en 2018 con la UD Las Palmas

Ahora que la UD Las Palmas ya ha certificado los dos objetivos del curso: salvación y asentar unas bases de un proyecto para optar a volver a Primera, en los despachos del Estadio de Gran Canaria necesitan lograr otro para afrontar el verano de forma ilusionante. Un verano que va a ser clave para la confección definitiva de ese proyecto. Pero un proyecto que ahora mismo está condicionado por dos futbolistas que se comen el 25% del tope salarial del club: Raúl Fernández y Christian Rivera.

A ambos el club les quiso dar salida ya el pasado verano, sin éxito. No logrado de esa vía lo intentó por vía judicial, a través de un ERTE o ERE, que tuvo que retirar ante la fuerte oposición de AFE. Dos fichas muy altas que están en torno al millón de euros brutos cada una y que no están aportando en el campo para Pepe Mel. En el caso de Raúl Fernández porque su calvario físico que empezó en la primavera de 2019 le tuvo mucho tiempo al margen y después por no contar con él. Pero con Christian Rivera la situación es aún peor.

El caso de Christian Rivera, un fiasco absoluto

Del centrocampista asturiano ya nadie duda que su fichaje ha sido uno de los peores de la historia de la entidad. Firmado en 2018 por cuatro campañas hasta 2022, apenas ha jugado 11 partidos desde su fichaje por la UD. Ha salido cedido a varios clubes desde que llegase del Barça ‘B’, pero por un motivo o por otro nunca ha sido adquirido por otro club. En verano pasado se le colocó en el mercado, pero nadie ofertó y el pasado mes de enero el jugador rechazó una propuesta del extranjero. Aun así Pepe Mel no quiso apartarle y cuando lo consideró disponible, le dio minutos. En total 489 en 7 partidos.

No fue hasta el pasado mes de marzo que parece que todo se calmaba. Christian Rivera aceptó una rebaja salarial que nunca quiso aceptar y por la que demandó al club. Retiró esa demanda y se implicó en acabar la temporada a buen nivel. Algo bueno para él y bueno para el club. En la UD veían opciones de poder hasta traspasarlo, pero ahora unas molestias en la espalda le tienen sin participar y cualquier opción de traspaso parece ahora una quimera.

Voces en el club sospechan del jugador y de esas continuas molestias en la espalda que no remiten. Porque Christian Rivera siempre ha querido salir de la UD Las Palmas. Pero ha querido hacerlo controlando él su destino y eso solo lo puede lograr con un acuerdo de rescisión y estando libre. Algo a lo que la UD Las Palmas parece abocada a claudicar; a lograr ese acuerdo de la forma menos lesiva posible para su economía y que permitirá al jugador ‘salirse con la suya’ y buscar nuevo equipo.

Salir de la versión móvil