Javier Pastore ya lleva una mes en Elche. Hasta la fecha el jugador apenas ha sumado una hora de juego entre tres encuentros donde ha pasado desapercibido. A nivel físico, está lejos de su mejor nivel, por lo que hasta ahora nadie esperaba verle a un gran nivel, si bien tampoco ha dejado algún chispazo que despierte cierta ilusión con su llegada, catalogada como no puede ser de otra manera de fichaje estrella.
Desde su llegada, Pastore siguió un plan de trabajo especial durante las dos primeras semanas. Debutó ante el Levante (1-1), el 18 de septiembre, y disfrutó de casi media hora de juego. Volvió a tener algunos minutos, no demasiados, ante el Villarreal (26 minutos) y Real Sociedad (3 minutos). En la última jornada de Liga, frente al Celta de Vigo, estuvo en el banquillo viendo la victoria de su equipo y se quedó sin participar. En parte también porque Escribá tuvo que hacer dos sustituciones obligadas por culpa de las lesiones de Gonzalo Verdú y Diego González.
El parón de este fin de semana y el trabajo extra realizado durante la semana anterior le han tenido que servir para ganar terreno a sus compañeros a nivel físico y de preparación. Pastore se ha venido entrenando sin molestias, más allá de los ejercicios propios para protegerse de su antigua lesión. Eso sí, aunque en Elche esperan ya a su ‘crack’, si por algo destaca Pastore es por su juego con balón; algo que el equipo de Fran Escribá no acostumbra a practicar en demasía. En cualquier caso, el domingo ante el Rayo Vallecano, se espera que Pastore juegue y empiece a demostrar para lo que ha venido a Elche.