El Amorebieta se marchó ganando tras unos más que convincentes primeros 45 minutos. Los azules comenzaron con el plan claro: intensidad y a mandar. Y así fue. Después de varios acercamientos, el balón parado resultó efecitvo. Una ejecución impecable de Larrazabal en una falta lateral, buscando hacer daño al segundo palo, terminó por colarse dentro de la portería del Alcorcón. Qué peligro tiene el Amorebieta en el balón parado con un especialista como es Gaizka Larrazabal. Fue él mismo el encargado de ejecutar una falta lateral, a la cual inoculó el veneno, poniéndola con rosca al segundo palo. Nadie tocó el balón, y Dani Jiménez, que perdió la pista de la trayectoria, no pudo evitar el gol. Primer golpe de los azules, que entraron muy bien al choque de Santo Domingo. Mazazo para los alfareros, otro más.
Después del gol, llegó la ligera reacción alfarera. Primero con un disparo lejano de Bellvís. Después, con un potente chut de Arribas desde dentro del área que repelió bien Saizar. Los locales necesitaban cambiar para no hundirse más en la tabla.
Arrancó el segundo tiempo el Alcorcón amasando la posesión. Tenía el plan más que claro el conjunto alfarero de Fran Fernández, que estaría encajando su segunda derrota en dos partidos. Un penalti le pondría de cara el emapate a los alfareros. Llegó tarde Orozko y acabó derribando a Arribas con un justo toque por detrás cuando el jugador del Alcorcón ejecutaba un disparo a puerta. Marcó el gol del empate el Alcorcón, que había cambiado la cara por completo en el segundo tiempo. Lo hizo Juan Herández, con algo de suspense, ya que su penalti lo paró Saizar. Eso sí, el rechace lo consiguió marcar el delantero alfarero.
Pasaban los minutos y ninguno tenía grandes ocasiones para adelantarse en el marcador y llevarse los tres puntos. Parecía que el empate estaba firmado cuando el Amorebieta consiguió ver puerta en el descuento. Qué golazo firmó Álvaro Peña. El jugador del Amorebieta llevó a su máxima expresión la famosa ley del ex. Control con el pecho y disparo al palo largo, desde dentro del área, para marcar el tanto del 1-2. Más oxígeno para el Amorebieta y hundimiento total del Alcorcón. Un Alcorcón que no se dio por vencido y logró el empate en un final de locura. Cuando todo parecía perdido con el 1-2 de Álvaro Peña en el 91, emergió la figura de Marc Gual. El delantero alfarero empujó un balón muerto desde dentro del área tras un barullo para rescatar a un Alcorcón herido.