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Fernando, ¡cómo te hemos echado de menos!

Fernando Alonso celebra su tercera posición en el podio de Losail. Foto: Alpine F1 Team

Dice el refranero español que las segundas partes nunca fueron buenas, aunque lo cierto es que Fernando Alonso se rige por otra lógica, y es que el asturiano, como el buen vino, mejora con el paso de los años. Su brillante actuación en Losail dejó boquiabiertos a propios y extraños, trayendo a la memoria de los aficionados aquellos años mágicos en Renault y Ferrari en los que peleaba por victorias con coches cuyo rendimiento dejaba mucho que desear.

El Alpine fue como un tiro en Losail

El trazado catarí era totalmente desconocido para la Fórmula 1. Los equipos tenían enormes dudas sobre cómo se adaptarían sus coches a un trazado que ni siquiera fue diseñado para monoplazas, pero su enorme similitud con circuitos como los de Barcelona o Budapest despertaban el optimismo en Alpine, y las expectativas se cumplieron. Las curvas de media y alta velocidad y el asfalto abrasivo de Losail le vinieron como anillo al dedo al monoplaza francés, que siempre que se había encontrado en circunstancias similares había sido enormemente competitivo. Todo auguraba que sería un buen fin de semana, pero Fernando Alonso fue un paso más allá.

Una clasificación memorable

Todo transcurría según lo previsto. El fin de semana de Alpine había sido bueno hasta la noche del sábado. El equipo de Enstone metió sus dos coches en Q3 y, en el momento clave, el mago Alonso se sacó un vueltón de la chistera. Aprovechó el rebufo de Hamilton para firmar un primer sector estratosférico que le sirvió de lanzadera hacia una de esas vueltas que salen pocas veces al año. El español se sintió más cómodo que nunca con el A521 y firmó el quinto mejor tiempo. Pocas veces habíamos visto a Alonso disfrutar tanto esta temporada, y la mejor prueba de que lo había hecho fue la conversación por radio con su ingeniero. “Gracias por darme este coche, me pasaría toda la noche pilotando en esta pista”, dijo el ‘14’ al acabar su vuelta de clasificación.

Una salida brillante que le permitió soñar

Una hora antes de la carrera se anunciaron las sanciones a Verstappen y Bottas por no levantar el pie con bandera amarilla en clasificación. Esto promocionaba al español hasta la tercera posición, lo cual despertó al depredador que siempre ha llevado dentro. No se veía en una situación así desde 2013, y tenía claro que para aferrarse al podio necesitaba atacar en la salida. Dicho y hecho. Fernando se preparó en la primera curva para atacar a Gasly por el exterior de la segunda. Lo había vuelto a hacer. Alonso dejó boquiabiertos a propios y extraños con una de sus arrancadas mágicas. Aún quedaba lo más difícil, pero el ovetense ya había brillado con luz propia en la noche catarí.

La gestión de los neumáticos fue la clave del podio

El ritmo de Alonso en Losail fue endiablado, sorprendiendo a propios y extraños, pero aún más sorprendente fue que solo hiciese una parada yendo a ese ritmo. Rodó toda la carrera en un ritmo superior a los Ferrari, McLaren y AlphaTauri, y muy similar al de Pérez. De hecho, cuando Gasly y ‘Checo’ le lanzaron un ‘undercut’, Fernando no tuvo problemas para mantener posición quedándose en pista con un neumático de más de veinte vueltas frente a las gomas nuevas del francés y el mexicano. Una vez hecha la parada, Pérez hizo valer la superioridad de su Red Bull y le superó en un espectacular adelantamiento, pero Alonso mantuvo la calma. El plan del asturiano le volvería a poner por delante.

Alonso se quedó el resto del ‘stint’ a unos cinco segundos del Red Bull, manteniendo una distancia que le permitiría a la postre ir a una estrategia alternativa. Y así fue. A poco menos de veinte vueltas para el final el mexicano hizo su segunda parada, a lo que Alpine respondió dejando a Fernando en pista. Su gran ritmo le permitió gestionar las gomas y mantener a raya al mexicano. Fernando Alonso lo había vuelto a hacer, volvía a subir a un podio tras más de 2.600 días.

Una hazaña al alcance de muy pocos

El podio de Alonso no solo dará que hablar por la nostalgia de volver a verle en un cajón, ni por la sorpresa de ver a Alpine codearse con los más grandes. Este podio será recordado, sobre todo, como una heroicidad. El español no solo exprimió al límite un coche cuyo rendimiento no da para mucho más que para pelear en la zona media, sino que hizo lo propio alargando la vida de unos neumáticos que a otros pilotos no les aguantaron. En definitiva, el podio número 98 fue igual que el 97: a la heroica, haciendo frente a los rivales más poderosos y dejando boquiabiertos al resto de los pilotos. Un podio al más puro estilo Fernando Alonso.

Un “cuarentón” que no está nada oxidado

Al anunciarse la vuelta de Alonso a la Fórmula 1, eran muchas las voces que cuestionaban si volvería a rendir a su mejor nivel. Las dificultades que atravesó en la primera mitad de temporada para adaptarse al Alpine sembraron aún más dudas, pero actuaciones como la de este domingo las despejan por completo. En cuanto se ha sentido cómodo con el coche, el ‘14’ ha vuelto a ser un piloto rápido, competitivo e increíblemente perspicaz a la hora de leer las carreras. De hecho, el nivel al que está rindiendo actualmente no tiene nada que envidiarle al que tuvo en McLaren antes de dejar el ‘Gran Circo’. Si a esto le sumamos la ilusión y la obsesión por ganar su tercer mundial todas las dudas quedan despejadas. Tenemos Alonso para rato.

Un sonriente Alonso levanta el trofeo que le acredita como tercer clasificado. Foto: Alpine F1 Team

Alpine, obligado a darle un coche ganador

Si algo ha conseguido Alonso con este podio es reafirmarse como un serio aspirante a todo si su equipo le acompaña. Una vez más ha demostrado que es capaz de plantarle cara incluso a un equipo que ha dominado buena parte de la temporada a pesar de la evidente inferioridad de su monoplaza, poniendo al A521 muy por encima de su rendimiento real. 2022 será una gran oportunidad para volver a la pelea por el título. Si Alpine la aprovecha, el asturiano puede soñar en grande. Si no, habrá pasado el último tren. Todo está en las manos de Alpine, ya sabemos que, mientras tanto, las de Alonso seguirán haciendo magia.

 

 

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