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La defensa, una de las prioridades de Nafti

Nafti presentación Leganés

Cuando llegó el técnico francotunecino al banquillo pepinero la defensa era un absoluto caos. Una de las señas de identidad del club en los últimos años estaba quedando en entredicho. Cambiar la tendencia en este aspecto se antojaba necesario para revertir el peligroso rumbo del club.

Vuelta a la línea de cuatro 

El nuevo técnico eliminó la defensa de cinco y optó por retomar el clásico 4-2-3-1. Uno de los esquemas más utilizados tradicionalmente en el Leganés. En esta transición entre Garitano y Nafti emergieron dos hombres claves: Sergio González y Recio. Ambos, condenados al ostracismo con Asier, resurgieron hasta el punto de ser titulares indiscutibles. Omeruo es el líder defensivo, mientras que los laterales hasta el momento habían  sido intocables con Palencia por el sector derecho y Javi en el izquierdo. No obstante, la llegada de Nyom ha hecho tambalear la titularidad del catalán. La portería, otro quebradero de cabeza. Primero fue Riesgo, luego Villar, ahora de nuevo Riesgo. El último día de mercado llegó Dani Jiménez que, a priori, será el nuevo cancerbero titular.

Luces y sombras 

Los resultados comenzaron a llegar y está mejoría se refrendó en la sustancial mejora atrás. Esta mejora donde se ve mejor ejemplificada fue en casa. Ya son seis partidos con Nafti en el banquillo y ningún equipo ha sido capaz de anotar más de un gol en Butarque. Apenas cuatro goles han encajado. Como visitante los números son curiosos; si bien es cierto que han sumado cuatro porterías a cero (dos más que en Butarque) han encajado más goles (ocho). Siete de esos tantos se condensaron en dos encuentros (Burgos, cuatro; Girona tres). Dato que constata lo importante que es para el Leganés no encajar goles. De hecho, los blanquiazules no han sido capaces de remontar ni un solo partido en la presente campaña. Siempre que empezó perdiendo acabó sucumbiendo o, a lo sumo, obtuvo un punto.

El último partido, ante el Tenerife, reflejó la versión más defensiva de los madrileños. Solo tuvieron un 34% de posesión (porcentaje más bajo de toda la temporada) y su presencia ofensiva fue nula: un solo tiro a puerta. La sensación de que los leganenses fueron al Heliodoro a firmar el partido quedó constatado con el paso de los minutos. A pesar de las múltiples acometidas tinerfeñas el marcador no se movió. Tras el descalabro en el Plantío era necesario una mejoría partiendo desde atrás, desde la defensa. Sin embargo, el aficionado pepinero puede preguntarse la disyuntiva de ¿si con el tercer presupuesto más alto de la categoría se pueden plantear partidos así?

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