A pesar de que, con excepción de una, en todas las temporadas Djuka ha acabado con una aportación goleadora notoria en el Sporting, no es menos cierto que en todas ellas ha pasado por rachas similares a la actual, reñido con el gol. Sí es cierto que en otras campañas, el internacional por Montenegro no tenía ocasiones. Es la principal diferencia con la actual, donde en cada partido está teniendo alguna ocasión clara de gol que acaba marrando o desbaratada por el rival. Algo que no solo le ha desesperado a él, sino también a la parroquia rojiblanca, donde se ha vuelto a abrir el debate de a su favor o en contra.
En el pasado esas malas rachas acabaron en más de una ocasión gracias a la Copa del Rey. El mayor ejemplo es su primera temporada en Gijón, donde su primer gol con la elástica rojiblanca llega el 1 de noviembre frente al Eibar en el torneo del KO. También le ocurrió el año pasado. Tras un buen inicio, su contador se paró a mediados de octubre. Tuvieron que pasar dos meses hasta que anotase el decisivo gol en segunda ronda frente al Alcorcón para superar la ronda y que en los siguientes encuentros, tanto de liga como de Copa, el balcánico empezase a descorchar de nuevo el tarro de esencias goleadoras.
Ahora Djuka suma casi 3 meses sin marcar (83 días). Mañana apunta a ser titular en Loinaz, en Copa del Rey frente al Beasain, donde el elevado número de bajas que sigue acumulando el cuadro sportinguista le hará tener que alinear a varios titulares. Djuka ha perdido en favor de Cristo esa condición en los dos últimos encuentros, pero su importancia en el plantel sigue siendo importante. Y mañana buscará que la Copa vuelva a ser el bálsamo que necesita para encontrar el camino de vuelta hacia el gol.