El Valencia CF cedió tres nuevos puntos en Mestalla ante un Athletic que fue de menos a mas y gracias a los zarpazos de Nico Williams y Oihan Sancet y a la destacada actuación de Unai Simón, logró una victoria importantísima en la pugna por los puestos europeos. Los locales fueron de más a menos y se hunden en los puestos de descenso enrareciendo mas si cabe el ambiente en la capital del Turia.
El Valencia golpeó primero
El encuentro comenzó con las gradas prácticamente vacías, por la protesta de los aficionados valencianistas hacia el propietario de la entidad Peter Lim. Pese a ello los locales encararon el duelo con buena actitud y mejor criterio que sus rivales. El Athletic careció en los primeros compases de continuidad en sus acciones y profundidad facilitando la labor a los de Voro.
Con el paso de los minutos la presión alta de los ches surtió efecto, encajonado a los leones y cortándoles el suministro hacia la zona ofensiva. En este escenario Edison Cavani que tan solo aguantó un cuarto de hora en el campo al tener que retirarse lesionado, fue el primero en intentarlo.
Poco después de la permuta del ariete uruguayo, una gran triangulación de los locales finalizó en las botas de Samu Castillejo que probó suerte y esta le sonrió. El esférico pegó en Iñigo Lekue colándose en la portería rojiblanca. Gran golpe de autoestima para los futbolistas valencianistas que veían como poco a poco Mestalla iba cogiendo color con la entrada de sus parroquianos una vez disputados los primeros veinte de juego.
Nico Williams, un oasis en el desierto que estaban atravesando los leones
El Athletic no ofrecía buenas sensaciones, pero a la media hora de juego un chispazo de calidad y potencia del pequeño de los Williams significó el gol del empate. Tremenda demostración de habilidad, culminada con un golpeo con el exterior al alcance de muy pocos.
Pese al tanto foraneo la dinámica del primer tiempo no varió un ápice. El Valencia bastante mejor y fruto de ello firmaron otro par de claras ocasiones claras protagonizadas por Moriba y Lino que se topó con un Unai Simón felino que mantuvo a su equipo en el partido.
Tras completar los primeros cuarenta y cinco minutos de juego el balance fue bastante mas favorable para los locales que disfrutaron de cuatro claras situaciones de gol. El Athletic a pesar de mostrar un juego deficitario hizo gala de máxima efectividad, un acercamiento, un gol.
El Athletic fue creciendo y el Valencia hundiéndose con el transcurrir del encuentro
Tras el paso por vestuarios el conjunto rojiblanco quiso dar otra imagen. Pero las intenciones de redimirse del calamitoso primer tiempo firmando, duraron lo que dura un hielo dentro de un horno a 180 grados, derritiéndose y poniéndose de nuevo en manos de unos locales mas intensos y necesitados de puntos conscientes de su delicada situación clasificatoria.
Ante esa tesitura Ernesto Valverde introdujo en el terreno de juego a Iñaki Williams para darle mayor mordiente a su ataque. Pero los males del equipo se repetían una y otra vez, con excesivas perdidas en campo propio motivadas por la insistente presión de los locales.
Los dirigidos por Voro, no estaba aprovechando su mejor disposición en el terreno de juego y los bilbaínos comenzaron a crecer en el encuentro, percutiendo con ambas bandas pero sin precisión en los centros laterales ni clarividencia en el ultimo pase. El campo comenzaba a inclinarse a favor de los vizcaínos y una tímida internada de Lekue por banda izquierda fue la génesis del segundo tanto visitante.
Muniain robó en plena salida valencianista y sirvió a Iñaki Williams, para que este metiese un pase de gol al punto de penalti que Oihan Sancet no desaprovechó para castigar el error cometido en la salida de balón. A renglón seguido Hugo Duro quiso dar la replica pero de nuevo se topó con un inconmensurable Unai Simón, que estaba erigiéndose como unos de los artífices de la victoria momentánea de los leones.
Unai Simón aguantó a los suyos
El Athletic mas sosegado, supo esperar a su rival bien parapetado, con la intención de matar el duelo a la contra. El Valencia con más corazón que cabeza, ya no hilaba tan fino y le corría el reloj como un caballo desbocado. Pese a ello no dejaron de intentarlo, destacando la ocasión de Diakhaby tras centro de Gayá, en la que Simón se sacó una mano descomunal, dejando claro que si el partido estaba a favor de los foráneos, era por la gran noche que estaba teniendo el guardameta internacional que fue sin duda el gran culpable de que el Athletic sumase tres puntos muy trabajados en los que gracias a dos zarpazos volvió a ganar a domicilio metiéndose de lleno en la pelea por Europa.
Imágenes: @AthleticClub