El Ibiza, en condición de último clasificado de la categoría de plata del fútbol español, recibía la visita de un Huesca cuya temporada había ido de más a menos, y que actualmente buscaba reengancharse a los puestos de playoff. Los baleares empezaron la jornada a 11 puntos de la salvación, pero la victoria del Racing habría la brecha hasta los 14.
Pitó el colegiado el inicio del partido y la UD Ibiza llevó el ritmo del partido durante los primeros compases del encuentro. En primera instancia, mandaron las internadas de los locales, una situación que la SD Huesca no toleraría demasiado en el tiempo.
No obstante, aún le quedaban minutos de gozo a los hombres dirigidos por Lucas Alcaraz, cuya entrada en el partido fue mucho más seria que la de su adversario. Esta condición se tradujo en un merecido gol, transformado por Coke, el veterano lateral derecho, reconvertido a centrocampista diestro en algunos partidos del Ibiza, como en el día de hoy.
No obstante, su tanto no tuvo relación con la posición que ocupaba en el terreno de juego, pues vino de un saque de esquina botada por Javi Vázquez, a quien no se le contará la existencia por cómo se desarrollo la jugada, y es que el ex del Sevilla y Levante entre otros, requirió de dos remates para estrenar el electrónico. El primero se estrelló directamente contra el poste y el segundo, ya con Andrés Fernández batido, cruzó plácidamente la línea de gol.
El gol fue el jarro de agua fría que necesitaba el Huesca para darse cuenta que, si bien no estaban tan necesitados como sus rivales, este sería de los pocos barcos en busca del ascenso que podrían pasar. En un principio, la fuerte presión de la UD Ibiza en territorio visitante obligaba a la SD Huesca a salir con prisa y, a esto, le seguían las imprecisiones.
Sin embargo y tras la primera media hora, el ritmo era imposible de mantener y ahí fue cuando el Huesca comenzó a oler la sangre. Lo hizo por mediación de Obeng, a quien Joaquín Muñoz, tras irse de su par, puso el gol en bandeja de plata para que el delantero viera portería por segunda vez en este curso.
No sería la única aportación de Joaquín Muñoz al encuentro y apenas 6 minutos después se la daría por arriba a Andrei Ratiu y este la tocaría lo justo para certificar la remontada… temporalmente. Pues pese a que lo oscenses se las prometían muy felices, el viento balear comenzó a soplar en su contra.
El primer contra tiempo fue la lesión de Miguel, el lateral izquierdo francés que tuvo que ser sustituido en el minuto 49. A esta desgracia no tardaría en sumársele el empate del Ibiza. Este llegaría en una jugada digna de un primera división, en la que Ekain recuperó el esférico, le tiro un caño a su defensor y sirvió a Herrera para que fusilase a Andrés Fernández e impusiese el 2-2 definitivo.
FICHA TÉCNICA